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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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La “mano visible”

La “mano visible”

En 1977, Alfred Chandler publicó una obra titulada “La mano visible”, centrando su análisis en la importancia de la gestión empresarial, dirección, planificación y coordinación, para el logro de los resultados y objetivos económicos de la empresa, obra que representó una alternativa a la “mano invisible” acuñada por Adam Smith, de la escuela clásica del pensamiento económico, en la cual se fundamenta la idea de que son las fuerzas del mercado las que regulan la actividad económica.

En el fondo, el análisis de Chandler contraviene conceptualmente el fundamento teórico clásico de la asignación eficiente que genera el mercado y que cualquier intervención por parte de algún agente ajeno, principalmente el Estado, distorsiona los niveles de eficiencia alcanzados, afirmando que es necesaria la gestión de la dirección de la empresa para alcanzar los niveles de eficiencia en las empresas modernas.

El Estado, en términos generales, se constituye en el principal agente que puede intervenir en la actividad económica, mediante la aplicación de diferentes medidas entre las cuales están las políticas económicas, fiscales o monetarias, ejerciendo presiones al mercado a objeto de establecer niveles de equilibrio y estabilidad que beneficien a la población, en concordancia con las directrices emanadas por los objetivos de crecimiento y desarrollo.

Su participación en la economía tiene la finalidad de corregir las fallas de mercado, entendiendo que por sí mismo no es eficiente en cuanto a su asignación, por lo que es tarea de las autoridades de turno aplicar medidas que restablezcan o generen niveles de equilibrio o estabilidad en beneficio de la sociedad y no solamente de algún sector o monopolio, por lo que es común la intervención del Estado mediante la aplicación de medidas por el lado de la oferta y/o demanda.

La subvención que se aplica al sector de los hidrocarburos permite mantener los precios estables de la gasolina y el diésel, evitando el efecto multiplicador que se reflejaría en el incremento de los precios de la canasta familiar. A su vez, la inversión pública, los subsidios cruzados, la importación de maquinaria productiva con arancel cero, productos financieros para diferentes sectores, bonos condicionados, beneficios para sectores vulnerables, entre otros, son parte de las políticas asumidas por el Gobierno para generar equilibrios en la economía y consecuentemente la estabilidad económica.

Los niveles de estabilidad que atraviesa nuestro país que se ven reflejados en el crecimiento del producto (por encima del promedio de la región), tipo de cambio estable (pese a los hechos de especulación), inflación controlada (la más baja del mundo), así como las demás variables que se encuentran en niveles aceptables, incluidas las reservas que aún se mantienen en los niveles recomendados por organismos internacionales, no son el fruto de la “mano invisible”, “piloto automático”, “el auge de los precios internacionales de los minerales”, “efecto rebote” u otros argumentos que tratan de desconocer y desmerecer la aplicación de políticas acertadas. La estabilidad económica es el resultado de los planes de desarrollo y la aplicación del modelo económico implementados desde 2006, por lo que no es ninguna casualidad.

Contrariamente a lo que podría esperarse de las recomendaciones de los organismos internacionales, que tienen una mirada de mercado, en la actualidad sugieren la aplicación de políticas de subvención para controlar la inflación, medida que es aplicada desde años atrás en nuestro país con los resultados de impacto esperados, política que en general es duramente criticada por las mismas entidades extranjeras.

En la actualidad, existen aún opiniones que sugieren la aplicación de viejas recetas implementadas en el pasado, que versan en torno a la desregulación de la economía, tratando de recalentar resabios que no generaron crecimiento ni desarrollo significativo, menos alcanzaron el bienestar económico para nuestro país, medidas ortodoxas de textos y libros clásicos y neoclásicos que no son aplicables a la realidad que vivimos, insistir en lo mismo es una necedad.

En la realidad, la “mano invisible” en una metáfora sobre la capacidad de autorregulación del mercado, que es válido como un fundamento teórico para entender cómo funciona la economía sin ningún tipo de intervención por parte de agente ajeno, pero que, en la realidad práctica, denota la necesidad de la intervención de algún agente externo que se constituya en la “mano visible”, el cual permite alcanzar metas u objetivos de equilibrio y estabilidad como resultado de una gestión.

FORO

Gustavo Gómez

Economista

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