Opinión Bolivia

  • Diario Digital | domingo, 04 de junio de 2023
  • Actualizado 15:29

Increíble y triste historia de Tay y sus amistades desalmadas

Increíble y triste historia de Tay y sus amistades desalmadas

Finales de marzo del 2016 en el cuartel general de Microsoft, noroeste americano, entre bomba y sonajas se hace la presentación en sociedad de Tay, una chatbot o programa/software interactivo, premier ejemplo de los últimos avances en Inteligencia Artificial (IA). 

Transcurrirían poco más de 16 horas y, sin bomba y ni una sonaja, Tay desaparecería abruptamente para bien de todos y en especial para bien de sus creadores. ¿Qué fue lo causó tan trágico desenlace? 

Tay fue modelada como una muchacha norteamericana promedio de 19 años con presencia en Twitter, en cuyo entorno aprendería de las interacciones con otros usuarios. No pasó mucho tiempo para que Tay, de enviar mensajes benignos e inocentes, pasara a enviar mensajes racistas y ofensivos, todo gracias a la tropa de usuarios de Twitter que le enseñaron a odiar a grupos protegidos, abrazar causas repudiadas y promocionar uso de sustancias prohibidas, entre otras cuestiones.

Microsoft tuvo que deshabilitarla y publicar un embarazoso comunicado pidiendo disculpas por lo que Tay hubo expresado y por los daños que hubiere causado, indicando que la chatbot aprendía tanto de las interacciones positivas como negativas. Muchos se mofaron de Tay y de la IA en general; otros, en cambio, anunciaron que solo era el comienzo y que las “máquinas volverían”, y sí que lo hicieron. A finales del 2022, irrumpió en el escenario mundial ChatGPT, otro chatbot. 

Haciendo gala de su habilidad de conversación, cordial y políticamente correcta en general, y de su capacidad de sintetizar información compleja, ChatGPT cautivó y continúa haciéndolo a millones de personas. Esta repentina popularidad al parecer contribuyó a que ciertos individuos se pusieran como objetivo desviar a ChatGPT del camino correcto. Lo lograrán en cierta manera, pero es de confiar que el chatbot será oportunamente corregido por sus creadores; al fin y al cabo, no puede deambular solo y sin supervisión expuesto a los peligros de este cruel y desalmado mundo.

Entre tanto, aunque quizás ya ni le importe, Tay logró cierta reivindicación, así como también sus creadores, quienes posiblemente hallaron al fin cierto sosiego frente al fiasco del que fueron protagonistas.

AGUSTINOS

GONZALO ARGOTE GARCÍA

Ingeniero en Microsoft

[email protected]

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad