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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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La sustentabilidad del "¡Quédate en casa!"

La sustentabilidad del "¡Quédate en casa!"

Es cierto que ante la posibilidad de contaminarse con el COVID-19 y enfermarse con riesgo de morir, por tan solo haber salido a la calle, aterra. Y no precisamente por la probable irresponsabilidad individual incurrida, sino por la facilidad de constituirse en un otro “paciente cero” o “foco de infección” -inicialmente asintomatológico- para el entorno social y familiar inmediato. Entonces, quedarse en casa es la mejor opción. Pero ¿Disponemos todos, de las condiciones para sobrevivir un determinado tiempo encerrados? Es obvio que no.

De acuerdo a datos estadísticos de la región metropolitana de la ciudad de Cochabamba, el 89% de la economía está en manos de los “productores privados” y solo el 11% a cargo del Estado. Además, de todos los bienes y servicios que se utilizan y consumen en la región, el 47% es importación del exterior. Por otra parte, el 92% de la población ocupada, ha conseguido su “empleo” en el sector privado de la economía y solo el 8% de la población ocupada trabaja en instituciones estatales. Dentro de este 92% de “empleo privado” caben los trabajadores informales y por cuenta propia, en las categorías del subempleo y autoempleo, alcanzando el 62% de los “empleos privados”, el restante 38% serían los “privados formales”, con sueldo casi seguro.

De hecho, de las 42 actividades “productivas” más importes en la región; el 50%, es decir 21, corresponden al sector terciario, con personas que trabajan en transporte, turismo y servicios personales, empresariales (comercio) y financieros. En 12 actividades productivas que pertenecen al sector secundario, 29%, la gente trabaja en fábricas e industrias de lácteos, carnes, alimentos procesados, artesanía, principalmente. Y en solo nueve actividades del sector primario, con personas que trabajan en la agropecuaria.

En síntesis, la mayoría de la gente cochabambina vive de su trabajo cotidiano que lo realiza en los espacios públicos, en calles, avenidas, mercados, plazas, etc. Por lo tanto, quedarse en casa, en condiciones de “cuarentena a secas” no va a ser sustentable, sin una estrategia púEs cierto que ante la posibilidad de contaminarse con el COVID-19 y enfermarse con riesgo de morir, por tan solo haber salido a la calle, aterra. Y no precisamente por la probable irresponsabilidad individual incurrida, sino por la facilidad de constituirse en un otro “paciente cero” o “foco de infección” -inicialmente asintomatológico- para el entorno social y familiar inmediato. Entonces, quedarse en casa es la mejor opción. Pero ¿Disponemos todos, de las condiciones para sobrevivir un determinado tiempo encerrados? Es obvio que no.

De acuerdo a datos estadísticos de la región metropolitana de la ciudad de Cochabamba, el 89% de la economía está en manos de los “productores privados” y solo el 11% a cargo del Estado. Además, de todos los bienes y servicios que se utilizan y consumen en la región, el 47% es importación del exterior. Por otra parte, el 92% de la población ocupada, ha conseguido su “empleo” en el sector privado de la economía y solo el 8% de la población ocupada trabaja en instituciones estatales. Dentro de este 92% de “empleo privado” caben los trabajadores informales y por cuenta propia, en las categorías del subempleo y autoempleo, alcanzando el 62% de los “empleos privados”, el restante 38% serían los “privados formales”, con sueldo casi seguro.

De hecho, de las 42 actividades “productivas” más importes en la región; el 50%, es decir 21, corresponden al sector terciario, con personas que trabajan en transporte, turismo y servicios personales, empresariales (comercio) y financieros. En 12 actividades productivas que pertenecen al sector secundario, 29%, la gente trabaja en fábricas e industrias de lácteos, carnes, alimentos procesados, artesanía, principalmente. Y en solo nueve actividades del sector primario, con personas que trabajan en la agropecuaria.

En síntesis, la mayoría de la gente cochabambina vive de su trabajo cotidiano que lo realiza en los espacios públicos, en calles, avenidas, mercados, plazas, etc. Por lo tanto, quedarse en casa, en condiciones de “cuarentena a secas” no va a ser sustentable, sin una estrategia pública – privada, a riesgo de una potencial convulsión social.blica – privada, a riesgo de una potencial convulsión social.