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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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El poder de la educación

El poder de la educación

La educación es un proceso de lograr cambios significativos en las personas, en la comunidad o en la población en general sobre un asunto determinado y busca siempre un bienestar entre las personas con el medio que le rodea.

Uno de los ejemplos que podemos resaltar en ese proceso de cambiar actitudes, comportamientos y sobre todo de cambiar hábitos, hemos podido comprobar y apreciar el pasado 24 de junio, un día después de la tradicional fiesta de San Juan. Ese día, tuvimos un cielo regularmente limpio, las montañas que nos rodean claramente estaban visibles, lo que en gestiones pasadas no se veía nada por la “quemazón de la noche de San Juan”, porque tradicionalmente “todo el mundo quemaba”.

Es cierto que según los datos de las instancias que tiene el control de la calidad del aire, este año hubo un ligero aumento en la contaminación por fogatas y juegos pirotécnicos en relación a la gestión anterior, debido a que las condiciones eran distintas, esa época estuvimos en plena pandemia con restricción vehicular y las actividades comerciales cerraban antes.

Si retrocedemos en el imaginario, hace años, muchos de nosotros “apallábamos” los famosos “sunchos” que son restos de arbustos secos;  recuerdo muy bien cuando nos trasladamos a la rivera del río Rocha, a la altura de la Muyurina, para llevarlas a la casa, guardarlas y quemarlas para la noche “más fría del año”. También era una oportunidad para quemar todo tipo de cosas, que según la tradición, el objetivo era “quemar lo viejo, para dar paso a lo nuevo” y se quemaba muebles viejos, ropa vieja, zapatos, papeles, llantas usadas.

Cuanto más grandes eran las fogatas, eran mucho mejor, por lo menos esa era la creencia de esa época. Había cierta competencia que se disputaba entre los vecinos de ver cuál era la “fogata más grande y más alta”, la misma que era retada por algunos imprudentes que  saltaban encima de ellas y que se producían algunos accidentes. Todo al son de algunas bebidas alcohólicas, como el ponche caliente, tradicional bebida preparada a base de licor, agua caliente, leche, que proporciona energía y calor corporal, y la otra llamada popularmente “leche de tigre”, que es una bebida caliente preparada con leche y singani, muy común en las festividades nocturnas y sobre todo en la época invernal, que acompañada de los tradicionales chorizos de San Juan, definitivamente eran otros tiempos. Queda ahora el recuerdo del compartir entre los vecinos, las familias, los amigos en torno a una fogata, a una parrilla,  pero que lamentablemente causaba severos efectos nocivos para el medio ambiente y sobre todo para la salud de las personas,  ya que la humareda, el smog, la contaminación duraba varios días. El cielo estaba totalmente cubierto por un espeso humo, por el que incluso se suspendían los vuelos de aviones.

Producto de una incidencia en el tema educativo, de respeto a la madre tierra, iniciado por las instancias gubernamentales,  municipales,  colectivos y  grupos ecológicos, desde hace varios años se realiza un arduo trabajo, sensibilizando, educando y  solicitando a la población en general a no prender fogatas. Vemos con mucha esperanza que la comunidad en general ha respondido positivamente, las personas pueden cambiar de actitudes y de prácticas en relación a la importante necesidad de cuidar el lugar donde vivimos.

Se ha tenido avances significativos y no podemos retroceder en la perspectiva de cuidar y preservar lo poco que tenemos. Esperemos que los próximos años sigamos con esta dinámica de cuidar y no quemar nuestro medio ambiente.

GÁRGARAS DE SAL

FREDDY RICARDO ZAMBRANA

Psicólogo

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