Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 18 de abril de 2024
  • Actualizado 23:17

Ciudad en pánico

Ciudad en pánico

Una ciudad apacible, tranquila, de gente amable y solidaria, en estas últimas semanas, se ha convertido en una ciudad con mucha tristeza, pánico y, sobre todo, vulnerable al contagio masivo del coronavirus. Según las autoridades sanitarias,  estamos en una tercera ola, la misma tiende agravarse con consecuencias fatales, si es que no se toman acciones para evitar su incremento.

En estas últimas semanas, se ha visto un desborde en todo lo que implica el efecto devastador del virus: una  gran cantidad de contagios que está afectando a todas las edades, que supera  los registros de la primera ola que se produjo en el 2020. Un sinnúmero de personas en listas de espera que están en hospitales colapsados por falta de espacio en las unidades de terapia intensivas, esperando ser colocadas en las “máquinas de oxígeno”; otra infinidad de personas en sus casas, con papá y mamá contagiadas, sin tener los espacios suficientes para aislarse,  además  con sus hijos  abandonados a su suerte y combatiendo con lo que pueden. Familiares y amigos haciendo largas colas en los lugares de comercialización de oxigeno por más de tres días para conseguir algunos tubos para salvar la vida de algún familiar infectado; ambulancias por todos lados llevando enfermos con sus sirenas que estremecen a más de uno.

Personas desesperadas buscando lugares para realizarse las pruebas para saber de su estado serológico frente al COVID-19,  varias solicitudes en las redes sociales para conseguir  medicamentos esenciales para el tratamiento de este virus y lo más grave el fallecimiento de  muchos familiares, amigos, conocidos; personal sanitario causando dolor, llanto, sin permitir a sus seres queridos despedirse de una manera más humana y cristiana.

Y para no creerlo, “sobre lo llovido mojado”, gente totalmente inescrupulosa lucrando con el dolor de un pueblo comercializando insumos, medicamentos, etc. a precios exorbitantes. También muchas familias buscando consuelo en lo espiritual, pidiendo clemencia y piedad para que este letal virus desaparezca.

Frente a todo este panorama y sobre todo por el aumento desbordante de contagios, las autoridades decretaron una cuarentena rígida en los fines de semana, donde también el colectivo desesperado, invadió comercios, mercados, tiendas para proveerse de algunos alimentos básicos, observándose  aglomeraciones peligrosas para el contagio del virus. Prevaleció el caos, la confusión para conseguir algún alimento, las personas corriendo para conseguir algún transporte público, para retornar a sus hogares antes del horario establecido, lo que generó mucha ansiedad y stress  en muchas personas.

No todo fue negativo en nuestra ciudad, porque hay esperanza con el inicio de la vacunación masiva a la población en general, tomando en cuenta los grupos etareos y, sobre todo, priorizando a los adultos mayores o personas con una enfermedad de base confirmado.  En este proceso, la nota negativa se pudo ver en las filas; demasiada aglomeración de personas y algunas con certificados de base no adecuados, los mismos que buscaban ser  vacunadas. En los próximos días se anuncian que habrá más vacunas que serán administradas a otros grupos de edad para que  toda la población pueda estar vacunada frente a esta enfermedad mortal.

También resaltar la participación del personal sanitario de todas las instituciones de salud de Cochabamba que prácticamente está “bajo bandera”, ya que todo su personal está convocado para todo tipo de acciones para el mejoramiento de las respuestas frente al COVID 19, con el objetivo de  evitar  más contagios y, sobre todo, para  luchar por la vida de muchos pacientes que están en los hospitales o en sus propias casas.

Es cierto que estamos pasando días muy complicados, todo parece que fuera una pesadilla, pero lamentablemente es una realidad. Urge salir de esta situación, respetando las normativas impuestas por las autoridades, practicando todos los protocolos de bioseguridad ya conocidos, los mismos que se reiteran una y otra vez. Son  muy importantes nuestras actitudes y decisiones que tomemos, que dependerán  también la protección de los otros ciudadanos frente este cruel virus.

GÁRGARAS DE SAL

FREDDY R. ZAMBRANA H.

Psicólogo

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