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La universidad, tierra de nadie

La universidad, tierra de nadie

El 2016, ANF publicó la información del Estado mexicano señalando que Álvaro García Linera no tenía título como afirmaba una biografía en su página web que aseguraba que tenía títulos de "pre y postgrado" obtenidos en México. Su cédula de identidad rezaba que era Licenciado en Matemáticas, mostraba la inicial TP (título profesional), lo que indicaba que, al obtener su cédula, presentó su título. El fallido profesional dijo que "todos sabían" que él no tenía título y que lo había explicado en un libro como entrevista. Fue una falsedad más porque en ese texto no existe tal referencia. Lo grave fue que terminó contratado por la Universidad Mayor de San Andrés para dictar cátedra en Sociología, Comunicación Social y Ciencias Políticas.

En abril del 2015, el exrector interino de la Universidad Mayor de San Simón Waldo Jiménez aprobó una resolución para titularizar sin examen de competencia a 1.300 docentes extraordinarios. La determinación provocó un conflicto con los estudiantes. En el 2017, se redirigió el proceso de titularización de acuerdo a normas que rigen. Pese a aquello, hubo docentes que no aprobaron la convalidación de exámenes de competencia, pero fueron mantenidos en sus cargos. 

En julio de 2007, un docente de Ingeniería fue acusado por abuso deshonesto tras ser sorprendido con una alumna en un motel. En una acción coordinada entre autoridades y familiares de la víctima se impidió que el docente sindicado consume el hecho que él mismo provocó a cambio de "arreglar las notas" de la estudiante. En 2013, se denunció que la Universidad Pública de El Alto (UPEA) en 13 años de existencia tuvo 13 rectores, todos denunciados por haber incurrido en actos irregulares. Tres enfrentaron juicios penales por corrupción. Se denunciaron mal manejo de recursos económicos, favoritismo a estudiantes dándoles trabajo, arreglo de notas, acoso laboral e, incluso, acoso sexual.

En 2005, en la UMSA se conoció el caso del desfalco en la carrera de Odontología de 900.000 dólares y el caso de la carrera de Comunicación cuestionada por denuncias de acoso sexual, falsificación de notas, incorporación de docentes sin título, irregularidades en la convocatoria a exámenes de competencia y entrega de fichas para participar en las movilizaciones.

El año pasado, autoridades de la Fiscalía y la Policía Boliviana informaron que se descubrió casos de “becas fantasmas” en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), donde terceras personas cobraban alrededor de 3.000 bolivianos por trabajos no realizados.

Con el caso del dirigente “decano” universitario, Max Mendoza de 52 años y más de 30 años como “estudiante” cobrando sueldo de casi 22 mil bolivianos, se pone en tela de juicio al sistema universitario público nacional. Con el apresamiento del dirigente estudiantil, que sobresale por encima de todos, se conoce que no solo manejaba estudiantes, sino a una gran mayoría de los magníficos rectores y al máximo organismo de conducción de todas las universidades. Es digno del Oscar y otra medalla más para el MAS por la corrupción en la representación estudiantil dentro del sistema universitario

Las universidades se han convertido en nidos de corrupción, cobijados en la autonomía y al amparo de los matones y revoltosos de las FUL, hacen lo que quieren. Ya reciben cantidades millonarias de presupuesto y no les alcanza. 

Es urgente una auditoría y un reglamento de permanencia estudiantil y docente. El control de los presupuestos permite a dirigentes docentes y estudiantes, acceso a la disposición de contratos de bienes y servicios, a empleos y cargos en la docencia y administración en beneficio de correligionarios y de parientes, así como para becas en universidades del exterior para las esposas o esposos, para los hijos y otros familiares.

TIBURÓN

FERNANDO BERRÍOS

Politólogo

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