Este 11 de abril, en cuatro departamentos se definió en segunda vuelta quién sería el gobernador: una elección entre el MAS y Jallalla en La Paz, contra Chuquisaca Somos Todos en Chuquisaca, contra Unidos por Tarija en Tarija y contra el Movimiento Tercer Sistema en Pando. En todas perdió y confirmó la preocupación sobre la credibilidad de los resultados en las últimas elecciones generales. En Oruro, Potosí y Cochabamba, el MAS ya ganó en primera vuelta y la oposición se hizo con la gobernación del Beni con el MTS y en Santa Cruz con Creemos. Antes, el 7 de marzo, ya se eligieron a los miembros del órgano legislativo y fiscalizador, la Asamblea Departamental, cuyos resultados muestran una distribución del poder que no siempre corresponde con quien ganó el puesto de gobernador,  

De las nueve asambleas departamentales, en Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca hay una generosa superioridad del MAS, pues cuenta con dos tercios o más de los asambleístas; en La Paz y Pando, tiene mayoría absoluta y en las asambleas de Tarija, Beni y Santa Cruz, ante el empate entre los dos grandes bloques partidarios, los asambleístas indígenas tienen el voto de oro, la llave para que uno de los dos bloques se imponga al otro. Estos asambleístas indígenas elegidos son designados directamente por usos y costumbres propios de cada pueblo indígena, existe representación indígena en todos los departamentos a excepción de Potosí, -otro error más de la ley. 

Las asambleas de mayor predominio del MAS son en Oruro donde de los 33 asambleístas 25 son del MAS, 7 de la oposición y 1 indígena. En Potosí, de los 32 miembros, 24 son del MAS y 8 de la oposición. En Cochabamba, el MAS cuenta con 25 de 34 asambleístas, 7 la oposición y 2 los indígenas. En Chuquisaca, pese a su derrota, el MAS logra dos tercios de los miembros del legislativo departamental, de 21 asambleístas sumó 14, la oposición 5 y 2 escaños los indígenas, lo inusual es que perdió la elección del gobernador y gana de lejos la elección de los asambleístas. En la asamblea de La Paz, de 45 miembros, 25 son del MAS, Jallalla tiene 8. Por el Bien Común Somos Pueblo 5 y la representación indígena 5 asambleístas. En Pando, si bien el MAS perdió la silla del gobernador, en la asamblea le falta solo un asambleísta para tener los dos tercios de voto, de 21 legisladores 13 pertenecen al MAS, 5 a la oposición y 3 a los indígenas. 

En Tarija, la preferencia electoral está más dividida, el MAS cuenta con 13 de 30 legisladores; Unidos por Tarija cuenta con 12, la agrupación Todos 2 y los indígenas suman 3 escaños, estos últimos podrían decidir si se consolida esta mayoría opositora al MAS, sumando 17 votos en total o si hacen del MAS la mayoría relativa con 16 votos. En Beni, donde ya es gobernador el candidato del MTS, de 28 asambleístas el MAS cuenta con 12, el MTS 7, la agrupación Todos 5 y los indígenas 4. Si el MAS tiene 12 asambleístas, la oposición unida sumaría 12 legisladores y aquí nuevamente la llave la tendrán los 4 votos indígenas para inclinar la balanza a uno u otro lado. En Santa Cruz, Creemos ganó la elección de gobernador con un significativo 55,64% contra 38,17% del MAS, pero, paradoja, esa mayoría absoluta no se refleja en la composición de la asamblea. De 28 asambleístas, 11 son del MAS, 11 de Creemos y 1 por Alianza Solidaria Popular. Otra vez los indígenas con 5 votos pueden decidir hacia el lado del MAS o hacia Creemos. El representante de Creemos no tiene una gobernanza asegurada y, por el contrario, tendrá muchos problemas.

El 7 de marzo, en mi columna habitual, afirmé que la oposición tendría 6 gobernaciones pese a su fragmentación y que el MAS ahora minimiza la cimbrada con el control de las asambleas como sea. Siguen pagando los errores del dedazo y su división interna, tratarán de cobrarse generando ingobernabilidad donde perdieron y ya se inventarán algo para tener el control total, algo así como las representaciones paralelas que le sirvió para deslegitimizar la Ley.    

TIBURÓN

FERNANDO BERRÍOS

Politólogo

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