Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Evo, el populismo en peligro

Evo, el populismo en peligro

Es indudable que el papel de Evo Morales fue factor determinante para garantizar los éxitos electorales como también para la continuidad de su gobierno hasta su renuncia en noviembre de 2019, aunque su gestión gubernamental no haya sido correspondiente a los postulados ofertados. Mucho se encumbró al líder con la idea de que sin él no existían las posibilidades de éxito, pero la verdadera base fueron las organizaciones populares, cooperativistas mineros, fabriles, comerciantes, transportistas y otros que, junto con campesinos e indígenas, fueron los protagonistas sin los cuales era imposible la llegada y permanencia de Evo en el poder.

 En su modelo de gobierno, a nombre de la modernización del Estado, se incorporó un conglomerado heterogéneo de estructuras corporativas que, sin supeditarse ni someterse totalmente al MAS, conquistaron las esferas de poder, aunque no necesariamente haya experiencia previa. Esto le permite al gobierno de Evo utilizar la fuerza de los resultados electorales mayoritarios para hacerse de las instituciones, las debilita y afecta el Estado de Derecho, esas organizaciones tienen relaciones complejas con el MAS partido y el MAS sindicato, sus relaciones son enteramente con el MAS gobierno bajo una dominación exclusivamente clientelar.

La singular permanencia de Evo en el poder tuvo indicadores claros muy ligados a factores macroeconómicos positivos, a las políticas públicas de redistribución de la riqueza a sectores sociales y económicos muy vulnerables y, fundamentalmente, a la particular forma de relación entre el líder político, el partido de gobierno y las organizaciones sociales corporativas que lo sostuvieron. 

La capacidad hegemónica en el poder estuvo caracterizada por el intercambio político, particularmente con ese entramado de relaciones institucionales sociales y culturales. La nueva forma de democracia pactada en una sociedad heterogénea, diversa y múltiple tuvo otras dimensiones, el carácter de reciprocidad devino del intercambio de cargos, privilegios, prebendas y acceso a recursos a cambio de lealtad y movilización política. 

A Evo se lo considera populista, porque apela al pueblo encarnado en el indígena, pero con la influencia y la fuerza de los movimientos sociales que respaldaron su gobierno, crea un vínculo líder-pueblo, marcado por la interpelación de los movimientos sociales, con posibilidad de discrepar, de protestar y ahora de disputar su liderazgo más allá de que Evo tenga cero capacidad de escucha y recepción; esa tendencia a perpetuarse en el poder, a prorrogar su figura demuestra el lado chavista, muy radical, pero a tomar en cuenta son los 14 años en el poder que le dieron una peculiar interpretación sobre la democracia, no reconoce que el bien mayor es la democratización de las organizaciones políticas. Este es el carácter sui géneris del populismo de Evo. Por eso, ahora la guerra es por recuperar el control del gobierno así tenga que romper el instrumento político.   

Con Condepa hubo un antes y un después en la inclusión de los sectores populares y su participación en la vida política; no hay Evo Morales sin Carlos Palenque. El “Compadre” pudo construir un discurso basado en elementos nativos, originarios, hablar del mundo mestizo y particularmente del maltratado. Con Evo, los sectores populares y mestizos empiezan a tener voz, a sentirse reconocidos. Allí se encuentra quizás el secreto del éxito político de Evo. Ahora todo está en peligro, los frentes de batallas están abiertos y la supervivencia del líder ya no depende de las organizaciones sociales, campesinas e indígenas, no cabe el doble discurso del te quiero, pero te pego, ahora se enfrenta a sus iguales que tienen una ventaja, cuentan con el poder real, él solo parece tener el Chapare, que no es poco. Parece ser su karma y puede ser su final.

TIBURÓN 

FERNANDO BERRÍOS

Politólogo

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