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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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La doble moral en el MAS

La doble moral en el MAS

El presidente Arce ha ordenado cerrar el paso a “una doble moral” al interior del MAS y quiere un discurso único. Al promulgar la Ley de Protección a Víctimas de Feminicidio, Infanticidio y Violación, advirtió que ningún servidor público puede tener “una doble moral” en el caso de violencia contra las mujeres. 

Hay tres asambleístas del MAS denunciados, dos por violencia intrafamiliar y uno por violencia económica, lo peor, las mujeres del propio partido no los han repudiado ni condenado. El Ministro de Justicia declara “se ha planteado, como un mandato del Presidente, que nos obliga a todos quienes estemos en el sector justicia: cero tolerancia al narcotráfico, a la corrupción y a la violencia”. Es dispararse en el pie y seguir bailando. 

Lo de doble moral también aplica al jefe Evo, quien demandó “formar una comisión de fiscales del interior del país para que investigue los casos de Misael Nallar, narcoaudios y volteo de droga, con la misma rapidez que se persigue a dirigentes y se anuncia investigaciones para dividir y proscribir al MAS”, luego que Arce y Choquehuanca ordenaran investigar la denuncia sobre los presuntos aportes del narcotráfico al partido gobernante.

Desde 2011, cinco jefes policiales cayeron por el tráfico de drogas. Tres estuvieron directamente al frente de la FELCN. Los “zares” René Sanabria, Óscar Nina, Omar Rojas y Maximiliano Dávila usaron la institución para sus negociados en el tráfico de drogas. Gonzalo Medina protegió a un narco condenado a cárcel en Brasil. Todos ellos son producto de la injerencia política que ha desinstitucionalizado la Policía desde 2006; el narcotráfico y el contrabando son las actividades más lucrativas. Desde que se detuvo al exjefe antidroga Dávila, en enero, hasta el encarcelamiento del capitán de la Policía Javier Alberti, en junio, suman unos 14 efectivos policiales implicados en narcotráfico, enriquecimiento ilícito, robo de vehículos y otros. En abril, Evo denunció protección al narcotráfico y presentó un audio en el que supuestamente un jefe de la FELCN paralizó la intervención de un megalaboratorio de droga; sobre el mismo hecho, el coronel Yerko Terán, excomandante de Umopar de Chimoré, denunció un supuesto encubrimiento al narcotráfico con registros de audios. Tras este escándalo, se destituyó al director de la FELCN José María Velasco. 

Los audios apuntan a Velasco, al director de Umopar, Franco Jaime Arancibia, y el zar antidroga Jaime Mamani como responsables de frenar el operativo en el Valle Sajta. Hoy, el coronel Terán enfrenta un proceso disciplinario por no pedir permiso para declarar a la prensa por este caso; con sus declaraciones habría dañado a la institución y a funcionarios policiales, así se maneja la verdad. El 23 de abril, un juzgado de La Paz decidió encarcelar a ocho policías antidroga por la “desaparición” de 800 kilogramos de cocaína.

Misael Nallar, yerno del narcotraficante Einar Lima Lobo y dos colombianos, presuntos asesinos de 2 policías y un voluntario del Gacip, llamaron a un alto rango policial para que arregle el asunto; el policía que fue condecorado por detenerlo, hoy está suspendido. Otros dos policías están detenidos por robar y dejar escapar a uno de los presuntos asesinos. Diez días después, tres jóvenes cruceños son asesinados en Ivirgarzama, todo indica a vinculaciones con el narcotráfico. La seguridad interna del Estado se ve seriamente afectada porque aparecen involucrados, policías, jueces, fiscales y autoridades. 

García Linera dijo sobre la quinta fase del proceso de cambio que “las revoluciones son flujos caóticos... Nada está definido de antemano. No se tiene un programa escrito o una propuesta capaz de prever lo que vendrá”. He ahí la respuesta.

TIBURÓN

FERNANDO BERRÍOS

Politólogo

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