Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Corrupción nuestra de todos los días

Corrupción nuestra de todos los días

A propuesta del Ministerio de Justicia, la Cámara de Diputados aprobó este viernes 25, el proyecto de “Ley de Fortalecimiento para la Lucha

Contra la Corrupción”, el ministro Iván Lima aclaró: “El proyecto de Ley será una norma que no busca la impunidad, más bien, es todo lo contrario, es una norma que busca una jus- ticia eficaz y eficiente... había que hacer ajus- tes para ser más eficientes en la lucha contra la corrupción”.

Nuestra historia está tapizada por hechos y actos de corrupción, casi la totalidad sin sanción, el recuento parece de nunca acabar y ningún gobierno se ha librado de aquello. La corrupción no hizo distinciones, se ha con- vertido en un "cáncer" general que degrada las instituciones y la sociedad. Las prácticas corruptas son antiguas, se encuentran globa- lizadas, no tienen límites, nos obliga a orga- nizarnos desde siempre para defendernos de ese Estado, corrupto, ladrón, sin políticas. Y no es que se trate de quiénes son o fueron más corruptos, sino de administrar justicia, pero la misma también está comprometida. Las librasesterlinasdePazEstenssoro,laquiebra del Banco Agrícola por la agroindustria cru- ceña con Banzer, la compra de un avión con dineros de los damnificados del terremoto de Aiquile por Kieffer, los nuevos ricos con la Participación Popular de Goni, los otros nuevos ricos con el Fondo Indígena de Evo, los respiradores y gases lacrimógenos del go- bierno de Áñez, son quizás los más emblemá- ticos de los últimos tiempos y seguro que quedan muchos a la misma altura. En la po- blación existe un sentimiento de frustración e impotencia por lo que ha venido sucedien- do durante las últimas décadas. En los últi- mos ocho años, estudios sobre la percepción de la corrupción nos clasifican como uno de

los países más afectados. Se percibe que la co- rrupción es visible, pero además advierte que los actos de corrupción de los jerarcas de la democracia se convirtieron en un símbolo de la egolatría, abuso, angurria y corrupción.

Poner en funcionamiento la corrupción reciente fue posible gracias a la complicidad y operación de grupos supranacionales y otros ligados al poder judicial, la coopera- ción y la cooptación de “intelectuales” boli- vianos que curiosamente nacieron en co- rrientes políticas de “izquierda”. Fueron estos quienes se ocuparon de estructurar y armar el discurso ideológico y político de una minoría que gobernó Bolivia durante los últimos años. Gracias a la cultura extendida de la prebenda se consiguió el apoyo y res- paldo de los mandos militares, se compró la lealtad de dirigentes sindicales; de manera descarada se manipuló la línea editorial de importantes medios de comunicación social. Así se consolidó el circuito perfecto de la sagrada democracia y de su hija puta- tiva, la corrupción. En los hechos, la restau- ración de la democracia en 1982 únicamente ha permitido la efectiva consolidación de ciertas libertades de tipo individual, pero no ha logrado tener la capacidad para ejercer un control de las finanzas públicas. Mucho menos se ha logrado recuperar los montos malversados como tampoco ha sido posible meterlos a la cárcel a los principales culpa- bles de los actos de corrupción. Ahí siguen campantes, paseando sus delitos por las calles sin la menor vergüenza. En el contexto de este desangramiento y el despilfarro de los últimos años, no puede servir, a pesar de lo que pretende el oficialismo, mostrar que las gestiones gubernamentales del MAS fueron transparentes y virtuosas. No, porque existe una larguísima lista de casos de corrupción cometidos en los casi 14 años de gobierno de Morales, y que sigue crecien- do ahora, que el Estado no ha resuelto y no ha recuperado el dinero que ha enriquecido a algunas personas, las cuales incluso gozan ahora de nombramientos importantes.

TIBURÓN

Fernando Berríos A.

Politólogo

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