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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Violación serial: una pesadilla que se repite

Violación serial: una pesadilla que se repite

La Fiscalía ha recibido la denuncia de al menos 12 mujeres que habrían sido agredidas sexualmente en dos comunidades menonitas, en Santa Cruz, cifra que podría subir hasta 40 o más víctimas. Tres hombres, acusados de violación, fueron aprehendidos.

Lo preocupante de este hecho es que no se trata de la primera vez que suceden violaciones seriales en las comunidades menonitas. El año 2011, en Manitoba, unas 150 mujeres fueron violadas en sus hogares por ocho hombres que utilizaban elementos para adormecer a las víctimas y sus familias y así consumar el delito.

Y, lamentablemente, esta pesadilla se repite 11 años después del ataque de Manitoba, en las comunidades de Belice y Piedra Dos, donde un indeterminado número de mujeres fueron violadas en sus hogares, tras ser dormidas con un químico spray que los mismos acusados fabricaban artesanalmente.

Estos son los dos casos que se conocen públicamente, de violaciones seriales, en colonias menonitas, pero se sospecha que no serían los únicos, porque en otras oportunidades las víctimas no denunciaron para no ser estigmatizadas o por temor a la reacción de los otros miembros de la comunidad.

Para que ninguno de los acusados quede en la impunidad, la Fiscalía, con el apoyo de la Policía, tendrá que investigar exhaustivamente con el fin de recabar todas las pruebas y encontrar a todos los que participaron en las violaciones seriales, porque es probable que haya más cómplices que cometieron estos delitos.

Se trata de un tema sumamente delicado, por lo que no se puede dejar pasar por alto ni el más mínimo detalle hasta esclarecer todo el hecho, procesar a los que participaron en esta violación grupal y sentenciarlos con las penas que correspondan, para así librar a estas comunidades de elementos que han estado haciendo daño a su propia gente.

En Manitoba, después de haber conocido los casos de violaciones seriales, las familias empezaron a reforzar sus puertas y ventanas, colocando rejas, para prevenir nuevos ataques.

Lo más probable es que ocurra lo mismo en Belice y Piedra Dos, donde, según se puede deducir, por la facilidad con la que irrumpían los perpetradores sexuales, las familias no toman las medidas de seguridad en los ingresos de sus viviendas.

La Fiscalía y la Policía deben hacer el trabajo de investigación como corresponde, sin importar si se trata de comunidades cerradas, y tendrán que, además, coordinar con los representantes de estas colonias para diseñar estrategias con el fin de brindar seguridad a las mujeres que viven en decenas de asentamientos menonitas, en el oriente boliviano, porque no se puede repetir más estas violaciones seriales en el país.