Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Superar la mediterraneidad

Superar la mediterraneidad

Han transcurrido 144 años desde que Bolivia perdió su salida soberana al océano, en la llamada Guerra del Pacífico, sin embargo, el país no logra superar la mediterraneidad que tanto perjuicio ha ocasionado a la economía nacional, porque las importaciones y exportaciones dependen de la buena o mala voluntad de los gobiernos vecinos.

Los puertos chilenos, en gran medida, son los espacios por donde se mueve la mayor parte de la carga boliviana, pero en condiciones desfavorables para el país.

Y para no depender de los vaivenes de la política chilena, Bolivia viene reclamando desde hace más de 100 años una salida soberana al Pacífico por el territorio que, antes de la invasión del 14 de febrero de 1879, fue de los bolivianos.

Este reclamo centenario tuvo avances en algunos periodos, especialmente cuando los gobernantes de Bolivia Hugo Banzer y de Chile Augusto Pinochet protagonizaron el conocido “Abrazo de Charaña”, un acuerdo entre dos gobiernos militares que pretendía un intercambio de territorios. Empero, la oposición de Perú truncó este trato que parecía encaminarse con buen pie en febrero de 1975.

Y como los reclamos de Bolivia, de una salida soberana hacia el Pacífico, no han tenido los resultados esperados, el país ha volcado la mirada hacia otras opciones.

Una alternativa es el Puerto de Ilo (Perú), por donde Bolivia podría mover mercadería con mayores ventajas que las que ofrece Chile; sin embargo, las buenas intenciones entre estos dos países no se pueden concretar, no obstante que hay acuerdos firmados desde la Presidencia de Jaime Paz Zamora (1989-1993) en enero de 1992.

El acuerdo firmado por ambos países hace 30 años declara la localidad de Ilo, en el sur de Perú, como zona franca industrial y de libre acceso para Bolivia, pero falta inversión para mejorar la infraestructura portuaria. No obstante, el volumen de carga que se mueve por este lugar se incrementó en los últimos años.

Otra opción es mover la carga boliviana por las hidrovías de las cuales forma parte el país y que tienen como salida el océano Atlántico. Una es la Hidrovía Paraná Paraguay, en el sur, y otra la Ichilo Mamoré, en el norte.

Y si bien ya se movieron importantes volúmenes de carga por estas dos hidrovías, aún falta conseguir que el flujo de importaciones y exportaciones sea más constante y regular, de modo que ya no se dependa tanto de Chile, hasta el extremo de aceptar condiciones desfavorables para la economía boliviana.

Asimismo, es importante que Bolivia, además de superar el enclaustramiento geográfico, deje de lado la mediterraneidad mental y que cada boliviano tenga la certeza de que es posible estar a la par de otras naciones en los diferentes campos como la economía, la salud, la educación, el deporte y la investigación científica.