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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Rivalidades azules

Rivalidades azules

En los últimos días, en filas del Movimiento Al Socialismo (MAS) se han generado varias fricciones entre militantes de ese partido y autoridades que tienen cargos en el Ejecutivo o el Legislativo, lo que hace patente que existen diferencias que a veces son irreconciliables.

Solo como ejemplos, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, afirmó que “hay diputados y dirigentes yungeños  que tienen hasta ocho hectáreas de coca” y “se están llenando los bolsillos”. Estas afirmaciones causaron la reacción de algunos legisladores del MAS, uno de ellos el jefe de bancada, Gualberto Arispe, quien aseguró que se lo va a encarar al Ministro para que proporcione nombres.

En otro caso, el MAS ratificó este miércoles la expulsión del diputado Rolando Cuéllar de sus filas e informó que acude al Tribunal Supremo Electoral para pedir  el curul de este legislador acusado de tránsfuga y por atentar contra la unidad de este partido, tras asegurar que nunca se someterá a la dictadura de los caudillos.

El presidente del Tribunal de Ética del MAS, Feliciano Vegamonte, aseguró que el delito de Cuéllar es haber hecho declaraciones que difaman a dirigentes y denigran a la Dirección Nacional.

Estos impasses que se presentaron en los últimos días muestran que existen diferencias en el partido de Gobierno, a tal extremo de llegar a pedir la expulsión de diputados y explicaciones a un ministro.

Y si bien las diferencias son naturales en cualquier entidad, en este caso en un partido político, estas peleas intestinas contradicen, de cierta forma, la unidad que pregonan los dirigentes de los diferentes niveles del MAS.

En las ocasiones que han admitido algunos roces, los dirigentes del MAS atribuyen los mismos a infiltrados de otros partidos o porque algunos de sus militantes se han dejado tentar por promesas de la derecha.

El MAS hace énfasis en que la unidad como instrumento político es una de sus mayores fortalezas, por lo que insiste en que los roces o fricciones que puedan surgir son aislados.

Empero, en los últimos meses se ha observado que no se trata solo de roces circunstanciales, sino que hay rivalidades entre grupos que apoyan a uno u otro líder al interior del MAS.

Por eso, sería aconsejable que quienes se encuentran en la cúpula del MAS tomen en cuenta estos problemas que surgen al interior de este partido y empiecen a escuchar a sus bases, de modo que se consolide la unidad que pregonan en sus discursos.

Porque la división que se percibe en filas del MAS repercute en la administración del Estado, que está en manos de este  partido, en una coyuntura difícil en la que la pandemia del coronavirus sigue vigente y afecta a la economía del país, aunque no como sucedía cuando esta enfermedad irrumpió en el país el 10 de marzo de 2020.