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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Quillacollo, el municipio más inestable del país

Quillacollo, el municipio más inestable del país

La inestabilidad e intranquilidad vuelve al municipio de Quillacollo. El Concejo Municipal decidió destituir a Héctor Montaño tras 10 meses de gestión y posesionó a la concejal suplente Angelina Zeballos, ambos del Frente para la Victoria (FPV).

Montaño, quien estuvo en el cargo desde el 12 de diciembre de 2019, fue acusado de mala gestión en los momentos más críticos de la pandemia del coronavirus. El jueves, los concejales, incluyendo la nueva Alcaldesa, lo sacaron del cargo y el viernes Zeballos tomó posesión del despacho y comenzó a gobernar ese municipio.

La Alcaldía de Quillacollo resultó ser la más problemática y conflictiva del país. Una clara muestra es que ya tuvo cinco alcaldes; casi todos los concejales han pasado por el sillón municipal. Los quillacolleños eligieron a Eduardo Mérida, pero lo destituyeron y hasta encarcelaron. Lo llamativo es que todos los burgomaestres fueron acusados de cometer hechos de corrupción.

Es claro que si existen denuncias de presuntos hechos de corrupción, las autoridades acusadas deben ser procesadas y sancionadas, si es que, luego de realizar una investigación, se demuestra su culpabilidad.

Lo cuestionable es que detrás de las destituciones y nombramientos de nuevos alcaldes existiría un componente político partidario, e incluso intereses personales y sectoriales.

Dirigentes de varias Organizaciones Territoriales de Base (OTB) han expresado su malestar y preocupación por lo que está sucediendo en Quillacollo, ya que el cambio de alcalde implica una pérdida de tiempo y una pausa en la ejecución de los proyectos y obras. Uno de los principales problemas es el reconocimiento de la firma de la nueva autoridad en las diferentes instancias; ese procedimiento demanda al menos un par de meses.

Es lamentable que cuando faltan pocos meses para que se realicen las elecciones subnacionales y municipales se reporten nuevos cambios, ya que los únicos perjudicados son los quillacolleños. Es importante que los concejales reflexionen y piensen en el bien común y no en los intereses personales y de algunos sectores.