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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 18:19

Niños y padres peregrinan por salud

Niños y padres peregrinan por salud

Ver a padres con sus hijos pequeños durmiendo en las afueras de un hospital para recibir atención médica es ya una escena habitual, una carencia en el sistema de salud que, hasta la fecha, no se puede resolver, pese a los constantes reclamos de los afectados y al compromiso que asumen las autoridades para solucionar esta dificultad.

En los últimos días, padres y sus hijos se han visto obligados a pernoctar en la calle, con una frazada como su único abrigo, con el fin de conseguir una ficha que les permita consultar con un médico en el hospital pediátrico, debido a que este nosocomio no puede atender toda la demanda por la gran cantidad de pacientes que hay.

En Santa Cruz sucede una situación similar, donde una madre tuvo que peregrinar por varios hospitales para conseguir un espacio de internación y cuando pudo acceder finalmente a uno, su hijo ya estaba con fiebre alta.

Dormir en las afueras de un hospital, al abrigo de bajas temperaturas e inseguridad, es un problema que, a todas luces, se constituye en un atentado contra el derecho más elemental de acceder a una atención médica oportuna, tal como lo establece la Constitución Política del Estado. 

Esta dificultad se viene arrastrando desde hace varios años, sin que autoridad alguna proponga un plan para implementar una solución estructural.

Si la cantidad de pacientes rebasa la capacidad de un hospital o centro de salud, lo que deben hacer las autoridades es organizar un sistema de reparto de fichas que no implique hacer largas filas y menos dormir a la intemperie con el riesgo de enfermar por las bajas temperaturas.

Y si un hospital de tercer nivel, como es el que atiende a los niños en Cochabamba, ha quedado demasiado pequeño, se tendrá que pensar en construir y habilitar unos tres más, pero no en el municipio de Cochabamba sino en ciudades estratégicas como Quillacollo, Sacaba y el Trópico, hasta donde puedan ir los pacientes de las referidas zonas.

Solo así, si se asumen soluciones estructurales, se podrá lograr una solución a este acuciante problema, porque las enfermedades que afectan a miles de personas malogran la salud de los pacientes que no reciben atención médica oportuna.

Incluso una dolencia menor puede agravarse hasta derivar en una complicación que pone en riesgo la vida de un paciente. 

Que padres y sus hijos deban esperar durante más de 10 horas a la intemperie para una atención básica de salud es un atentado contra sus derechos humanos.

La salud es gratuita y debe ser accesible para toda la población en condiciones dignas. Nadie tiene por qué dormir en condiciones precarias para recibir un servicio que está consagrado en la Constitución Política del Estado.