Organizaciones sociales afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) instalaron barricadas en varios puntos de carreteras troncales de ingreso a Santa Cruz con el objetivo de impedir la internación de alimentos, medicamentos y otros artículos necesarios para los habitantes de esta ciudad y así doblegar a quienes bloquean para que el Censo Nacional de Población y Vivienda sea en 2023 y no en la gestión 2024 como determinó el Consejo Nacional de Autonomías.

El primer día del conflicto, a consecuencia de enfrentamientos, murió una persona, presuntamente tras ser agredida por integrantes del Comité Cívico de Puerto Quijarro, y en los subsiguientes días de paro ya hubo heridos a causa de violentos enfrentamientos entre afines del MAS y personas que realizan los bloqueos.

Y el diálogo, pese a las constantes declaraciones de una y otra parte, que aseguran tener toda la predisposición para entablar un encuentro sin condiciones, se hace esperar, porque en el fondo no hay tal apertura para conversar debido a las posiciones intransigentes que tienen.

La quinta jornada de paro y bloqueos en Santa Cruz se vio nuevamente empañada por la violencia ejercida entre los dos sectores enfrentados, sobre todo en el Plan Tres Mil con varios heridos de por medio hasta que la Policía intervino para evitar más agresiones.

Nada justifica los cercos contra la población, porque es un atentado contra la vida de las personas, ni la violencia que lo único que deja es dolor y luto en las familias.

Si se dejara de lado las consignas políticas irracionales, que solo se orientan por los intereses personales o de grupos, el inicio del diálogo sería más factible.

El Gobierno convocó para mañana viernes a una reunión, un encuentro nacional por el Censo. Empero, este diálogo será infructuoso si solo asisten representantes de las entidades u organizaciones afines al Gobierno y no todas las partes involucradas en el paro en Santa Cruz, además de instituciones de otros departamentos.

Si solo se reúnen entidades afines al Ejecutivo, el resultado obvio es que se ratifique el apoyo al Gobierno y la fecha del Censo para 2024, pero el problema se mantendrá vigente y agravándose porque el país seguirá perdiendo millones de dólares por el paro de actividades.

¿Qué tan complicado puede ser acordar una fecha para que el Censo se realice lo más antes posible sin que se afecte la calidad de la gran encuesta? Probablemente no sería una tarea muy complicada si las partes enfrentadas dejaran de pensar en sus intereses personales y pondrían al país en primer lugar. 

Si los representantes de los sectores enfrentados no se consideran con la capacidad para solucionar este conflicto que se agrava cada día más, deberían dar un paso al costado y dejar el mismo en manos de quienes sí puedan resolverlo.