Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 10:35

Narcotráfico en parques nacionales

Narcotráfico en parques nacionales

Esta semana, tras un operativo ejecutado por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), se logró desbaratar dos fábricas de cocaína en las que se elaboraban al menos 240 kilos de droga por día. Se detuvo a cuatro personas, dos bolivianos, un colombiano y un brasileño.

Lo llamativo de estas dos factorías de droga es que estaban ubicadas en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, en Santa Cruz, lugar donde hace 36 años fue asesinado uno de los más importantes científicos bolivianos (Noel Kempff Mercado), junto a otras dos personas, cuando realizaban un trabajo de investigación en lo que se conocía como reserva nacional Huanchaca. En ese sitio se elaboraban cientos de kilos de droga.

Hace por lo menos una década, la fuerza antinarcóticos confirmó que, en el Parque Nacional Carrasco, en sectores de difícil acceso, los narcotraficantes instalaban fábricas de cocaína, para elaborar cientos de kilos diarios, y cuando eran sorprendidos quemaban todo y se escapaban para instalarse en otro lugar.

La fabricación de droga en las reservas naturales del país no es un tema nuevo y los narcotraficantes aprovechan las vastas extensiones de bosques para ocultar sus factorías, y una vez que han elaborado la cocaína, la despachan utilizando rutas internacionales para llevar esta mercancía ilegal hacia destinos como Chile y que posteriormente lleguen a mercados de Estados Unidos y países europeos, donde el precio de la droga se quintuplica.

Un dato que confirma que el negocio de la elaboración de droga está en manos de grupos criminales internacionales es que cuando se desbarata alguna factoría de droga, los efectivos de la FELCN detienen a ciudadanos de otras nacionalidades, además de bolivianos.

Elaborar droga en cualquier lugar del territorio boliviano es un delito execrable y lo es aún más si se destruyen las reservas forestales o parques nacionales con la elaboración de droga, una actividad que deteriora la naturaleza por los químicos que se utilizan para este fin y, finalmente, la droga que se distribuye en todo el mundo provoca la muerte de millones de personas, dejando millones de ganancias a los narcotraficantes.

El Gobierno, con sus organismos especializados como la FELCN e Inteligencia, deberán identificar todos los lugares donde se elabora droga, especialmente en las denominadas zonas rojas, y combatir frontalmente este ilícito negocio, hasta erradicar esta lacra.

No se debe perder de vista que Bolivia ha dejado de ser desde hace muchos años solo productor para convertirse también en un país de consumidores, por lo que es urgente que se siga luchando contra la producción y tráfico de drogas.

En los años 80, cuando militares gobernaban el país mediante la dictadura, la droga se comercializaba abiertamente en diferentes espacios, especialmente en Shinahota, por lo que se debe cortar de raíz este negocio que tiene sus tentáculos en todo el mundo, con nefastas consecuencias para la sociedad.