El Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció que la campaña electoral rumbo a las elecciones generales del 6 de septiembre arrancará el 24 de julio y terminará el 3 de septiembre. En esa línea, los partidos políticos ya comienzan a prepararse para conquistar el voto de los más de seis millones de electores.
A diferencia de otros comicios generales, el tiempo de campaña será relativamente corto, 42 días en los que los candidatos tendrán que desplegar todas sus estrategias para ganar y gobernar Bolivia por los próximos cinco años.
El calendario electoral, aprobado el viernes, establece la segunda vuelta electoral para el 18 de octubre, si es que ninguna de las fuerzas políticas en carrera obtiene una votación del 40% y distante en 10 puntos porcentuales de la segunda organización con mayor respaldo electoral, y las autoridades electas (parlamentarios, Presidente y Vicepresidente) serán posesionadas entre el 16 y 30 de noviembre.
Si bien el tiempo para la campaña es corto, es importante que los candidatos lo utilicen para dar a conocer sus propuestas y no para enfrascarse en una inútil e insulsa “guerra sucia”, cuyo único objetivo es tratar de descalificar a los contrincantes políticos. Ahora más que nunca se necesitan propuestas serias y no meras promesas, puesto que la situación económica y social del país es crítica.
Es evidente que los postulantes a la Presidencia, en su mayoría, ya estuvieron participando en las fallidas elecciones del 20 de octubre de 2019, pero, también es claro que las organizaciones políticas tienen que replantear sus ofrecimientos para ganar el voto de los ciudadanos, ya que la realidad económica, política y social del país ha cambiado radicalmente tras los conflictos que derivaron en el fraude electoral y por la COVID-19.
En las últimas horas, varios líderes políticos han dado a conocer que sería bueno que los recursos económicos que debe otorgar el TSE para la campaña política sean  destinados a la lucha contra el coronavirus. La moción es respaldada por Comunidad Ciudadana (CC) y el Movimiento Al Socialismo (MAS), sin embargo, para viabilizar ese planteamiento se necesitaría modificar algunas normas, que si hay acuerdos y voluntad de los parlamentarios y el Ejecutivo podría cumplirse.
Está claro que más del 60% de ese financiamiento estará destinado para el MAS, porque el Órgano Electoral considerará los resultados de las elecciones de 2014.
Todos los bolivianos esperan una campaña limpia y que los políticos usen el tiempo para “conquistar” el voto y no para “pelearse” entre ellos, como sucedió en la campaña del año pasado. También sería saludable que se dé paso a los debates, pero con la participación de todos los candidatos. Los ciudadanos, ahora más que nunca, deben estar bien informados y elegir al próximo presidente o presidenta por conocimiento, conciencia y no por consigna.