“Lo mataron como a un perro”
La crueldad llevada al extremo. Un hombre desalmado asestó tres martillazos a una mascota con la cual sus canes habían tenido una pelea. Y cuando la dueña del cachorro asesinado elevó su reclamo al criminal, lo único que este atinó a decir fue: “ni modo”.
Hasta antes de la puesta en vigencia de la Ley 700, el 1 de junio de 2015, matar a una mascota, en forma deliberada o por accidente, no implicaba sanción alguna, ni siquiera merecía un reproche de la sociedad que veía este acto como algo “sin importancia”.
Si un conductor atropellaba a un perro en la calle, podía dejarlo librado a su suerte, sin prestarle auxilio, y a nadie le parecía un delito. No se valoraba para nada la vida de este ser vivo.
Por eso, cuando a una persona se la asesinaba sin piedad, los familiares utilizaban (y lo siguen haciendo) la frase de: “lo mataron como a un perro”.
Sin embargo, desde que se aprobó la Ley 700 para la Defensa de los Animales contra Actos de Crueldad y Maltrato, la figura ha cambiado radicalmente. Si una persona asesina con saña a una mascota puede ser sancionada con hasta cinco años de cárcel por el delito tipificado como biocidio.
Si una persona atropella por accidente a una mascota, está obligada a prestarle auxilio para tratar de salvar su vida.
El hombre que asesinó con ensañamiento a la mascota de la raza chow chow, en la zona sur de Cochabamba, fue aprehendido y será procesado por el delito de biocidio, lo que debería servir como un precedente para otras personas que maltratan y someten a tratos crueles a sus mascotas, con el único justificativo de que son sus dueños.
A lo largo de los últimos años se ha venido denunciando los tratos crueles que dispensan algunas personas a sus mascotas, a quienes golpean después de colgarlas con cuerdas o las arrastran por la calle en vehículos.
Estas denuncias llegan a la opinión pública gracias a que personas que han tomado conciencia del respeto a los animales filman estos crímenes para poner en evidencia a los maltratadores.
Lo que sí debe quedar establecido es que las personas que causan la muerte de una mascota por accidente o un hecho fortuito no son procesadas por la Ley 700, siempre y cuando presten el auxilio correspondiente a los animalitos.
Con esta ley, que todavía tiene un largo camino por recorrer hasta lograr respeto a las mascotas que, en muchos casos, sirven como compañía a las personas, ayudan a encontrar víctimas sepultadas bajo escombros o detectan cuando un paciente está a punto de sufrir un ataque epiléptico.
Por eso es importante cuidar de las mascotas y no someterlas a tratos crueles, y no solo por la Ley 700, sino porque se debe respetar la vida de estos seres vivos.