Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 05:26

Más dinero de Chile a Bolivia

Más dinero de Chile a Bolivia

En la gestión 2021, Chile se ha convertido en el segundo país de donde más remesas son enviadas a Bolivia por compatriotas que migraron. Este 2022, la tendencia podría ser la misma, así lo demuestran datos oficiales difundidos por el Banco Central de Bolivia (BCB).

De los más de 1.318 millones de dólares que se enviaron al país en 2019, 159 millones correspondieron a Chile, cifra relativamente inferior respecto a España y Estados Unidos, de donde provinieron 526 millones de dólares y 250 millones, respectivamente.

Una situación similar se registró en la gestión 2020, pero no así en 2021 cuando las remesas enviadas desde Chile remontaron a las de Estados Unidos. Del primer país llegaron 292  millones, mientras que del segundo 288 millones de dólares.

Las remesas enviadas desde el país trasandino en las tres últimas gestiones fueron ascendentes, llegando a registrar un significativo incremento, que este 2022 podría ser aún mayor, dada las recientes cifras reportadas por el ente emisor.

Del total de las remesas reportadas en enero de la presente gestión, las cuales suman un poco más de 114 millones de dólares, el 33% proviene de España, 25,3% de Chile, 18,9% de Estados Unidos, 4,3% de Argentina, 4,3% de Brasil y 14,2% de otros países.

Estas cifras muestran, a todas luces, cómo el envío de dinero de bolivianos que trabajan en distintos rubros en Chile continúa incrementándose, lo que no sucede con Argentina, país que hace una década se situaba entre los dos primeros en mandar mayor cantidad de remesas.

El mayor envío de remesas a Bolivia definitivamente es favorable para miles de familias, que en algunos casos dependen solo de ellas para sobrevivir o costear los gastos de educación, alimentación, entre otros. Asimismo, contribuye a la economía boliviana y, en particular, a la liquidez de esas familias que perciben esos recursos.

Sin embargo, muestra también cómo cientos de bolivianos continúan migrando al país trasandino en busca de un empleo, trabajo que lamentablemente no encuentran en Bolivia, donde el índice de desempleo en la gestión 2021 cerró en 5,2%, 3,2% menor a la  de 2020 cuando la tasa de desocupación alcanzó a 8,4%.

Si bien el porcentaje de desocupados en Bolivia disminuyó, este no fue significativo, por lo que se requiere, y con urgencia, mayores políticas para la generación de empleos formales y con salarios dignos, que permitan a las familias vivir bien.

Mientras la informalidad y el contrabando existan y continúen creciendo como lo están haciendo hasta ahora, será difícil revertir el índice de desocupación. Mientras las empresas no cuenten con mayores políticas de apoyo e incentivos claros, la generación de empleos será mínima o prácticamente nula.