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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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La economía, ¿se desacelera?

La economía, ¿se desacelera?

El crecimiento acumulado del Producto Interno Bruto (PIB) que logró el país, entre julio de 2018 y junio de 2019 (3.38%), no alcanza para cancelar el segundo aguinaldo, lo que trae cierto alivio a las empresas privadas, pero es un indicador de que el país no creció, por lo menos este año, en la medida que los gobernantes habían planificado.

Para pagar el segundo aguinaldo se requiere un crecimiento acumulado de al menos el 4.5%. Esta medida fue instituida en 2013 por el Gobierno de Evo Morales, decisión celebrada por los trabajadores, pero criticada por los empresarios con el argumento de que se ha provocado despidos y el cierre de pequeñas y medianas compañías, según la agencia EFE.

Alternativas

El país tendrá que apuntar a exportar varios ítems, con la finalidad de tener un respaldo en caso de que uno de los productos tenga problemas en los mercados.

La explicación del Gobierno para el no pago del segundo aguinaldo apunta a que el crecimiento del PIB al segundo semestre de este año llegó a 3.13%, por la caída del 20.11% en hidrocarburos, que es uno de los principales sustentos de la economía boliviana.

El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, afirmó que no tener que pagar el doble aguinaldo este año viene a ser un alivio para el sector empresarial, pero a la vez una preocupación “porque la tasa de crecimiento es extremadamente baja, comparativamente a la expectativa que teníamos de finalizar el año con 4.5%”.

En criterio de Rodríguez, para que la economía boliviana crezca más, se deberá resolver el déficit en la balanza comercial con políticas enfocadas en el sector exterior como la promoción selectiva de exportaciones o la sustitución competitiva de importaciones.

Este menor crecimiento con relación a pasados años debe llamar a la reflexión a los expertos, porque, como decíamos líneas arriba, es una señal de que la economía de Bolivia, como  sucede en otros países de la región, está empezando a tener dificultades.

Hasta el año pasado, los indicadores señalaban que Bolivia era uno de los países que más crecía en la región. Dos economistas consultados por el IBCE coincidieron al afirmar que estos datos son “señales de la desaceleración de la economía nacional”.

Con este porcentaje de crecimiento, el Gobierno actual y los que vengan en las próximas gestiones tendrán que tomar los recaudos para diversificar la economía y evitar que el país, como ha ocurrido en varias etapas de su historia, dependa únicamente de la exportación de un solo producto.

Cuando se depende de un solo ítem, el riesgo es de que la economía del país se desacelere por la bajada del precio en el contexto internacional o si el mercado reduce la demanda por el ingreso de otros actores que ofrecen lo mismo.

Para evitar que eso suceda, el país tendrá que apuntar a exportar varios ítems, con la finalidad de tener un respaldo en caso de que uno de los productos tenga problemas en los mercados externos.

Asimismo, se tendrá que incentivar en el país una mayor producción de aquellos productos que son requeridos en el exterior, pero con valor agregado, para blindar la economía nacional.

En suma, los gobernantes no pueden quedarse con los brazos cruzados esperando que el país se sostenga solo con la venta de un producto. Será importante consolidar la exportación de litio, urea, alimentos con valor agregado y, una buena alternativa, producción intelectual como el software, una industria que está en franco crecimiento.

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