Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:31

La ABC en el ojo de la tormenta

Inversiones Durante los casi 14 años de gobierno del expresidente Evo Morales se destinó 77 mil millones de bolivianos a la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC).

La ABC en el ojo de la tormenta

Un país necesita imperiosamente estar vinculado por todos los medios de comunicación y transporte al alcance de sus instituciones, empresas y ciudadanos. Por eso se creó la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), cuya misión institucional es la integración nacional con el fin de contribuir al logro de servicios de transporte terrestre eficientes, seguros y económicos.

Durante los casi 14 años de gobierno del expresidente Evo Morales se dio un “impulso” a este acometido, otorgando 77 mil millones de bolivianos (11 mil millones de dólares americanos) para la construcción de carreteras. Este monto equivale al 41% de la deuda externa contratada por el Estado. La ABC recibió ocho veces más que el sector salud y presentó, supuestamente, una ejecución presupuestaria de 60% en promedio. 

Sin embargo, un informe presentado por el actual Ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda concluye que en la ABC se produjo una “politización en el manejo de proyectos, licitaciones y contratos”, derivando en la generación de “obras deficientes”, con el consecuente “despilfarro” de los recursos. Una inestabilidad institucional en su dirección —seis presidentes— hace que ahora nos sorprendamos con datos preocupantes: “75% de las carreteras son de mala calidad, 15 mil millones de bolivianos entregados sin licitación, daño económico al Estado por 81 millones de bolivianos, 13 juicios pendientes con una pérdida de 475 millones de bolivianos, inexistencia de auditorías internas, 49 proyectos inconclusos, sin verificación y con mala gestión, sin contar los paralizados o con resolución sin contratos o simplemente de mala calidad”.

La actual administración del Gobierno Constitucional de Transición ha garantizado el proceso de licitación de cuatro proyectos y la evaluación a otros siete que ya fueron comprometidos; también ha anunciado que asumirá acciones de fondo para cambiar la imagen de la institución, y que se implementará mecanismos para el control y monitoreo de proyectos que permitan una eficiente lucha contra la corrupción.

Las comparaciones, a veces, son odiosas, pero en este caso necesarias, solo pedimos que este impulso  se mantenga y que cuando se inauguren las nuevas carreteras, estemos seguros que sus costos han sido controlados o supervisados, que su existencia sea duradera y para el beneficio de todos. Al final, son nuestros impuestos.

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