El Día Internacional de los Derechos Humanos se celebra cada 10 de diciembre, coincidiendo con la fecha en que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948. Un documento que proclama los derechos inalienables inherentes a todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, ni lugar de nacimiento.

En el transcurso  de la historia, los derechos humanos —universales, inalienables e intransferibles, innatos, indivisibles, imprescriptibles e interdependientes— han logrado un avance conceptual. Hoy en día, los especialistas en el tema reconocen la consolidación de tres generaciones de estos. La primera, abarca los derechos civiles y políticos que garantizan la libertad de las personas; en la segunda se distinguen los derechos económicos, sociales y culturales, que tratan de fomentar la igualdad real entre todos; la tercera busca promover relaciones pacíficas y constructivas que permita afrontar los nuevos retos de la humanidad.

Este año, la campaña "Defiende tus derechos" —impulsada por las Naciones Unidades y la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos— busca destacar el liderazgo de los jóvenes como agentes constructivos del cambio.

Sin duda, nuestro país es un claro ejemplo de cómo los jóvenes están asumiendo la defensa de sus derechos humanos de una manera activa. Durante el periodo postelectoral del 20 de octubre, la juventud boliviana se convirtió en el actor principal de la protesta ciudadana en reclamo del fraude electoral cometido por el gobierno del expresidente Evo Morales, el mismo que fue demostrado en una auditoría efectuada por la Organización de los Estados Americanos.

Millennials y centennials salieron a las calles para demostrar su hastío por el ma-nejo político y estuvieron a la vanguardia de las movilizaciones que pedían una segunda vuelta electoral y, luego, la renuncia de Morales. La "Generación Pitita" logró, junto a millones de bolivianos, una transformación política y social. 

 Bolivia se encuentra inmersa en un proceso de transición política, a partir de la elección del próximo gobierno, las nuevas autoridades deberán impulsar políticas orientadas a lograr la inclusión de los jóvenes en diferentes ámbitos de la sociedad, una mayor participación en la toma de decisiones en las acciones que tengan un impacto directo e indirecto en su bienestar e impulsar medidas orientadas a mejorar la educación y el mercado laboral.