Los casos de coronavirus se incrementan en Cochabamba y en el resto del país de manera preocupante, pero, hasta el momento, ni las autoridades ni los ciudadanos hacen lo necesario para evitar la propagación del mortal virus. Más se habla y poco se hace.

En las calles, mercados, transporte y otros lugares de concentración de personas, la actitud sigue siendo la misma; un buen porcentaje no usa barbijo y mucho menos mantiene las medidas de bioseguridad, más aún en estos días festivos cuando las personas salen masivamente a buscar artículos que tradicionalmente se consumen en estas fechas.

Solo el martes, por ejemplo, en Cochabamba se registraron 59 casos positivos y un fallecido. Del total, 53 contagios se reportaron en Cercado, lo que debe llamar la atención a las autoridades municipales para que replanteen las estrategias que están desplegando desde marzo del presente año, fecha en que ingresó la COVID-19 a Bolivia.

Tras la llegada del coronavirus, la Gobernación y la Alcaldía de Cochabamba aprobaron más de 30 millones de bolivianos para enfrentar el mortal virus, pero, ahora, cuando está latente la amenaza del rebrote, se conoce que los dos hospitales (Solomon Klein y el Hospital del Sur) que fueron los “cuarteles” para atender a los afectados, están sin personal adecuado y carecen de insumos para atender una posible “avalancha” de pacientes.

En ese sentido, urgen conocer el presupuesto que ambas instituciones destinarán para encarar el posible rebrote y las acciones casi inmediatas que realizarán para atender los crecientes casos de contagio. Suponemos que están trabajando en ello, para que no vuelva a ocurrir lo que sucedió en la primera ola de la COVID, cuando ni siquiera hubo oxígeno para atender a las personas y se tuvo que lamentar la muerte de centenares de cochabambinos, entre ellos personal médico.

El gobierno, por su lado, ha garantizado 89 millones de dólares para comprar vacunas contra el virus. En ese marco, informó que ya viene negociando la compra de 6.5 millones de dosis, que serán colocadas en los primeros cuatro meses de 2021 a las personas mayores de 18 años. Pero, mientras se concrete la inmunización, la única forma de preservar la salud y la vida es cumpliendo con las medidas de bioseguridad.

En la batalla contra el coronavirus, tanto autoridades como ciudadanos son los protagonistas principales.