La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) advirtió que ha detectado el funcionamiento de más “financieras ilegales” que facilitan créditos, pero con intereses que caen en la usura, de 5% mensual o más, cuando la ley permite como máximo hasta el 3%.

Estas “financieras” prestan dinero a personas que, a causa de la pandemia, se han quedado sin trabajo y, por lo tanto, sin capital, y que no pueden acceder a créditos de las entidades bancarias legalmente establecidas debido a que no cumplen todos los requisitos exigidos, ante lo cual no les queda otra opción que acudir a estos prestamistas disfrazados de financieras.

El desembolso de dinero es rápido, pero el interés que cobran es mayor al de los bancos, por lo que los que adquieren los créditos trabajan en muchos casos solo para pagar los intereses.

Lo que sucede en estos casos es que el acreedor pierde la garantía que ha dejado en manos de estas financieras y, además, debe sí o sí cancelar el capital adeudado más los intereses.

Se han conocido incluso casos en los que los prestamistas utilizan el método colombiano para recuperar el capital y los intereses mediante la violencia y la extorsión.

En Cochabamba, en el centro de la ciudad, sobre las calles 25 de Mayo y San Martín se han establecido una veintena de casas de préstamos, aún más “ágiles” que las financieras sin autorización, pero cuyos intereses son más elevados.

Cuando se trata de montos menores, el interés puede ser hasta 10% mensual, una cifra que llega a más que triplicar el interés máximo convenido por la ley.

La ASFI, mediante un comunicado público, pidió a la población no recurrir a estas financieras ilegales para adquirir préstamos, porque sus intereses son muy elevados, y en algunos casos incluso solicitan un depósito previo del 5% del total del dinero a desembolsarse, pero que se puede tratar de una estafa.

Para evitar que más personas sigan recurriendo a este tipo de financieras ilegales, el sistema bancario legalmente establecido deberá flexibilizar sus requisitos para que más personas puedan acceder a los créditos que necesitan y que los intereses no sean tan elevados, de modo que los que se presten puedan pagar en el tiempo estipulado.

Lo que sucedía antes era que solo los que tenían bienes inmuebles podían acceder a los créditos que ofrecían las entidades bancarias y quienes iban a adquirir su primer bien estaban poco menos que vetados para este fin.

En los últimos años se han flexibilizado algunos requisitos, pero los créditos aún no llegan a todos los que necesitan. Por eso es importante que los créditos sean más universales, con el fin de reactivar la economía de las familias y del país.