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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Feminicidios, una herida que sigue abierta

Feminicidios, una herida que sigue abierta

Los asesinatos de Valeria y Wilma confirman, una vez más, lamentablemente, que los feminicidios en el país seguirán sumando si no se asumen medidas estructurales para erradicar este delito que afecta no solo a las mujeres, sino a todo su entorno, dejando a niñas y niños en la orfandad.

Los cuerpos de estas dos mujeres fueron encontrados en el lapso de 72 horas, cuando sus familias albergaban aún la esperanza de hallarlas con vida. Ambas fueron estranguladas y sus victimarios ocultaron sus restos para quedar en la impunidad.

A Valeria Mercado, de 28 años, la encontraron el jueves 31 de marzo, y a Wilma Fernández, de 39, el sábado 2 de abril. Hay detenidos en torno a estos casos y no se descarta que existan cómplices que se encuentran aún prófugos.

El año pasado se registraron 108 feminicidios, mientras que en 2020 fueron 113 y una gestión anterior 117. Como promedio, cada tres días se asesina a una mujer y la cifra se mantiene en más de un centenar de casos anuales en los últimos años, con una tendencia a crecer.

Con la aprobación de la Ley 348 (en marzo de 2013), que busca garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, y el endurecimiento de las penas de cárcel para los feminicidas, se tenía el objetivo de disminuir los asesinatos por motivos de género, pero hasta la fecha no se ha conseguido esta meta.

Los últimos feminicidios, de Valeria y Wilma, deben obligar a las autoridades, y a la población en general, a cambiar su conducta frente a este crimen abyecto que no da tregua a las mujeres, muchas de las cuales sufren abusos en forma sistemática, sin que en la mayor parte de los casos alguien les preste atención o auxilio oportuno.

El fin de semana, por ejemplo, una mujer había enviado un mensaje clamando por auxilio, porque estaba siendo golpeada por su pareja, pero la Policía, según Mujeres de Fuego, no respondió oportunamente al llamado de la víctima.

En muchos otros casos, las denuncias que realizan las mujeres maltratadas, una vez que toman el valor para llegar hasta dependencias de la Policía, no son tomadas en cuenta o se las califica de peleas sin mayor trascendencia al interior del hogar.

Solo cuando la víctima pierde la vida a causa de agresiones existe un lamento generalizado (demasiado tarde) de que, si se reaccionaba a tiempo, podía haberse evitado un desenlace fatal. 

Los lamentos que surgen después ya no sirven para nada. Lo más importante es reaccionar a tiempo, prestar auxilio oportuno a la víctima, alejarla del agresor y prestarle toda la ayuda posible que la Ley 348 determina.

Sin embargo, se reacciona tarde, cuando la mujer ha sido víctima de muchas agresiones o, en el peor de los casos, cuando ha perdido la vida.