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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:31

Erradicar el acoso sexual

Erradicar el acoso sexual

Una denuncia realizada por una funcionaria del Servicio de Estacionamiento Municipal (SEM), sobre un presunto caso de acoso sexual de parte de su jefe, trae a la mesa del debate, nuevamente, una problemática que es más común de lo que uno se pueda imaginar.

La denuncia en cuestión da cuenta de que el jefe del SEM habría cometido acoso sexual contra una de las trabajadoras, quien, por temor, renunció a su puesto y luego, cuando se armó de valor, denunció esta vulneración a su derecho laboral y a su dignidad de mujer.

El acoso sexual es, en muchos casos, explícito, con propuesta verbales subidas de tono e incluso con demostraciones físicas inapropiadas por parte de la persona que, por lo general, ocupa un cargo más alto que la víctima, ya sea en alguna institución pública o en una empresa privada.

Empero, las más de las veces, el acoso sexual llega a ser bastante sutil, a tal punto que se puede confundir (o así lo quiere hacer ver el acosador) con amabilidad o galantería hacia una determinada persona. Pero, en realidad, lo que sucede es que el acosador tiene la intención de someter a su víctima aprovechándose de su cargo.

Y la víctima de acoso no denuncia porque necesita el trabajo o porque en muchos casos ella misma se confunde y considera que solo se trata de una persona sumamente amable o atenta.

El acoso sexual se comete también ahora mediante el WhatsApp, porque el acosador aprovecha este medio para enviar mensajes de texto, audios o fotografías a su víctima con el fin de “obligarle” a hacer algo que ella no quiere.

En los casos más extremos, el acoso sexual llega a convertirse en violencia sexual cuando el perpetrador no consigue doblegar a la víctima mediante palabras y recurre a la agresión física para conseguir su objetivo malsano.

Pero el acoso sexual no ocurre necesariamente solo entre jefes y subalternos, sino también puede suceder entre iguales, es decir, empleados o trabajadores que tienen el mismo rango o jerarquía.

En esos casos, si bien el acosador no puede someter a su víctima aprovechando su cargo, utiliza herramientas más sutiles y, por eso, es más difícil detectar esta conducta delictiva.

Cuando se denuncia un caso de posible acoso sexual en una entidad, pública o privada, las personas que están a cargo de luchar contra este delito, deben tomar muy en serio las denuncias y sancionar a los acosadores, para que este delito no se normalice en la vida cotidiana.

El acoso sexual ocurre en todos los ámbitos, desde las entidades educativas, empresas, industrias, asociaciones, etc., donde hay alguien que busca someter a otra persona.

Por eso, es importante que, desde la escuela, se enseñe a los niños a defenderse de esta y otras conductas delictivas y, también importante, que no se conviertan en acosadores, y más bien respeten la dignidad de las demás personas.

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