Desde el momento que los seres humanos aprendieron a medir el tiempo y determinaron que un año tiene 365 días (menos el bisiesto), cuatro estaciones, 12 meses y cada uno con el número de días correspondiente, crecimos con la idea de iniciar y cerrar ciclos. Ahora llegando al cierre de uno más, nos ponemos a pensar con sorpresa la rapidez de su paso, lo bueno o malo, gratificante o beneficioso que fue a nivel personal, familiar, profesional, social y nacional. 

En esto tiempos, la antesala del cierre es la Navidad o para los cristianos la llegada de Jesús a nuestro mundo. Para los creyentes representa la esperanza hecha mensaje de mejores días en busca de una paz y bienestar para todos.

Los valores universales que nos enseñó reflejan principios de justicia, verdad, libertad y amor que definitivamente cambiaron la historia.

En un mundo en el cual, la cosificación de la fiesta a veces olvida el verdadero sentido de su experiencia, surgen voces que nos invitan a enfocarnos en lo que realmente importa: amor y fraternidad al lado de los que amamos y la búsqueda de mejores días y condiciones.

El Papa Francisco ha invitado en Navidad a las personas a “reconocerse miembros de una única humanidad y cuidar nuestra tierra que, generación tras generación, nos ha sido confiada por Dios en custodia para que la cultivemos y la dejemos en herencia a nuestros hijos”. 

Más aún a escuchar la voz de tantos jóvenes y a “tomar conciencia de lo que está sucediendo hoy en el mundo” y piden a los adultos “que seamos sembradores de paz y constructores, juntos y no solos, de una civilización más humana y más justa”.

Palabras sencillas de potente alcance que no solo invita a reflexionar sino a tomar acciones concretas en beneficio de los nuestros, pero con un sentido de comunidad que debemos alcanzar. 

El hombre vive en sociedad y por eso mismo debe aprender a convivir en armonía. Al final nos debemos enfocar en un nuevo ciclo a: amar a tu prójimo como a uno mismo. 

Y desde este periódico cooperativo, que lleva casi 35 años informando al país, va la propuesta a nuestros amables lectores: busquemos mejores días siendo fieles a nosotros mismos y hacia la sociedad a la cual nos debemos. Hagámoslo por nosotros mismos, por nuestros hijos y el mundo que queremos para ellos. ¡Feliz Navidad!