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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Educación, otra crisis

Educación, otra crisis

Tras el sorpresivo cierre del año escolar 2020, dispuesto por la presidenta-candidata Jeanine Áñez, hoy podemos decir que Bolivia no solo adolece de un problema sanitario, económico y político, sino también educativo. 

Lamentablemente, en más de cuatro meses, desde que se dictó la cuarentena para frenar la expansión del COVID-19 en Bolivia, las autoridades no han podido implementar planes efectivos y mucho menos cumplir las ruidosas promesas que hicieron para que la educación en los niveles inicial, primario y secundario no se vea afectada.

A inicios de junio, exactamente el 6, Día del Maestro, el ministro de Educación, Víctor Hugo Cárdenas, presentó la reglamentación del Decreto Supremo 4260, que establece las directrices para la aplicación de la educación, además de un acuerdo con la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL) para que los docentes puedan acceder gratuitamente a la nube digital del Ministerio de Educación. Asimismo, habló de otros acuerdos para utilizar el canal estatal y las radioemisoras, para así llegar hasta los lugares más alejados del país y brindar educación a distancia.

Hasta ahí, el Gobierno parecía tener planes claros para impartir educación virtual a miles de estudiantes, principalmente del área rural y de establecimientos fiscales que, por diferentes factores, se habían visto perjudicados. Asimismo, anunciaba apoyo a los maestros que, en muchos casos, con sus propios recursos compraron pizarras, modernizaron sus celulares e hicieron elevados gastos para tener el servicio de internet para seguir dictando clases.

Lamentablemente, ninguno de los anuncios pudieron concretarse con la celeridad que se requería. No hay que negar que algunos dirigentes de los maestros, en lugar de buscar soluciones, solo pusieron trabas y entramparon el avance. Pero tampoco se puede desconocer el esfuerzo de otros, que a pesar de no recibir salario, pusieron todo su esfuerzo para seguir avanzando el contenido de las materias para que los estudiantes siguieran formándose.

Ante este panorama, la solución para el Gobierno fue la clausura del año escolar, con la premisa de que nadie se aplaza y todos aprueban. Como si se tratara de cualquier anuncio y sin mayores detalles, lo dio a conocer este domingo, provocando incertidumbre y también rechazo en padres de familia.

No hay duda que es una decisión precipitada y errada, que debió ser profundamente analizada, agotando todas las instancias para consolidar una educación virtual. ¿O la intención es otra?

Sí, los contagios de coronavirus están en ascenso, ni duda cabe, pero, ¿la clausura del año escolar era la única solución para no arriesgar la salud de los estudiantes? ¿Cómo se reforzará la formación de los bachilleres? Estas y otras preguntas deben ser respondidas, además del nuevo plan educativo, que esperemos se tenga y funcione para encarar esta nueva crisis en Bolivia.