Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Desarrollo económico y Corredor Bioceánico

Desarrollo económico y Corredor Bioceánico

En las últimas dos semanas se conoció información contradictoria acerca de la participación de Bolivia en el Corredor Internacional Bioceánico. Mientras la oposición asegura que el país ha quedado al margen de este megaproyecto, el Gobierno ratifica que “que en ningún momento Bolivia queda fuera”.

Como prueba de que el país no quedó fuera, el pasado 14 de junio en Villamontes y durante el encuentro bilateral entre los gobernantes de Bolivia y Paraguay, el presidente de la vecina nación, Mario Abdo Benítez, le dijo a su homólogo boliviano, Luis Arce Catacora, que “Bolivia tiene que ser parte de ese gran corredor bioceánico”.

En ese marco, Abdo invitó a Arce a firmar los contratos correspondientes al último tramo. El mandatario boliviano recibió con agrado esta propuesta para avanzar en el proyecto y consolidar la participación de Bolivia.

Por su parte, el ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, recordó, hace unos días, que el país construyó más de 1.448 kilómetros de ferrovía y que tiene sus principales carreteras asfaltadas o con pavimento rígido. En ese sentido, convocó a sus homólogos de Perú, Brasil y Paraguay para exponer los avances de cada país respecto al Corredor Ferroviario Bioceánico de la Integración, para el 27 de junio en la ciudad de La Paz.

Ser parte del Corredor Bioceánico es muy importante para el país, toda vez que por las carreteras que formen parte de este megaproyecto se trasladarán mensualmente miles de toneladas de carga que permitirán el fortalecimiento de las economías de los países involucrados, más aún si se toma en cuenta que las naciones de la región intentan superar la crisis económica que se ahondó a causa de la pandemia de la COVID-19.

Si Bolivia tiene ferrovías y carreteras asfaltadas, como asegura el ministro Montaño, el Gobierno tiene que trabajar arduamente, en la parte técnica y diplomática, para no solo ser parte de este proyecto, sino apuntar a ser protagonista, aprovechando que el país ocupa una estratégica ubicación geográfica en Sudamérica.

Una vez que se logre ser parte imprescindible de este megaproyecto, habrá que asegurar que el país tenga la suficiente carga para llevar o traer de otros países.

Ser parte del Corredor Bioceánico y de otros más que se puedan implementar le abren a Bolivia alternativas a los puertos chilenos, de modo que no se dependa solo de estos, sino que se pueda exportar e importar por puertos brasileños, peruanos y otros.

Así el país puede elegir las opciones más convenientes para su economía y no estar con una camisa de fuerza con los puertos chilenos, como ha sucedido en los últimos 143 años, desde que Bolivia perdió su acceso soberano al océano Pacífico. 

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