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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Desaparición de menores y redes sociales

Desaparición de menores y redes sociales

El Facebook y el WhatsApp son dos espacios en los que se difunde información cuando algún niño, niña o adolescente desaparece. Los padres recurren a estas redes sociales con el fin de obtener pistas para encontrar a sus hijos y evitar que estos sean sacados fuera del país.

En muchos de los casos de desaparecidos, estas redes son una fuente valiosa de información porque ha permitido hallar a quienes se encontraban con paradero desconocido.

Cuando se hace viral un pedido de ayuda para encontrar a una persona desaparecida, es importante este tipo de medios alternativos a los tradicionales, pero en algunos casos es también contraproducente porque se difunde información imprecisa que genera falsas expectativas en los padres.

Y así como estas redes ayudan a hallar a una persona desaparecida, también tienen el poder de dañar a alguien si no se trata de un secuestro, lo que sucedió en más de un caso cuando el desaparecido se había fugado por razones personales, para estar con su pareja, por ejemplo.

Pero lo que preocupa es que en los últimos meses se ha incrementado el número de casos de niños, niñas y adolescentes desaparecidos, ya sea porque salen de sus hogares en forma voluntaria o debido a que alguien, valiéndose de una variedad de estratagemas, logra llevárselos con fines de explotación laboral o sexual.

El incremento de casos de desapariciones de menores no solo intranquiliza a las familias que sufren esta pérdida, sino también a los vecinos que se sienten atemorizados por la sensación de creciente inseguridad.

Un informe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, de fines del año pasado, daba cuenta de que, por día, se denunciaba la desaparición de al menos 10 menores, de los cuales, afortunadamente, el 95% se resolvía en unas pocas horas.

En esa oportunidad, esta unidad especializada de la Policía daba cuenta de que la mayor parte de los menores dejaba el hogar por conflictos familiares, maltrato, pobreza, alcoholismo y drogadicción. Los niños y niñas que abandonan el seno familiar por esos motivos son vulnerables en la calle y se exponen a ser víctimas de explotación de cualquier índole, pudiendo incluso caer en la drogadicción.

Y si bien se encuentra a casi todos los menores que se reportan como desaparecidos diariamente, lo que preocupa es el destino de quiénes no se tienen pistas, en muchos casos por meses o años.

Detrás de estas desapariciones puede estar gente que explota laboral o sexualmente a estos menores y, en el peor de los casos, quienes trafican con órganos.

Por eso, las autoridades que trabajan con la niñez y adolescencia aconsejan a los padres estar siempre pendientes de sus hijos, conversar con ellos sobre los problemas que les aquejan y, sobre todo, que les enseñen a desconfiar de los extraños y saber cómo salir cuando sospechan que pueden ser víctimas de trata y tráfico.