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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Desafíos hacia el bicentenario

Desafíos hacia el bicentenario

Bolivia celebrará en cuatro años más el bicentenario de su fundación y en su agenda de desarrollo se ha trazado importantes desafíos en el ámbito económico y social, que deberían repercutir necesariamente en otros campos como el cultural, deportivo, tecnológico y turístico.

El actual Gobierno dio a conocer una agenda de 13 pilares fundamentales y el objetivo que se ha puesto como norte es avanzar en ellos lo más posible para lograr que los 12 millones de bolivianos tengan una mejor calidad de vida.

Entre los pilares más importantes se pueden mencionar la lucha contra la pobreza, universalización de los servicios básicos, la soberanía productiva, alimentaria y tecnológica, además de la transparencia en la gestión pública (erradicar la corrupción).

Estos objetivos, así planteados, no solo son importantes para el país, sino también urgentes y necesarios, porque los bolivianos esperan con impaciencia “días mejores”, desde hace muchos años, por lo que todos deberían trabajar en esa línea con el fin de mejorar la economía de las familias, pero principalmente hacer realidad lo que se viene pregonando por décadas, el acceso irrestricto a la salud, educación de calidad, servicios básicos, vivienda digna y empleo estable.

Reducir la extrema pobreza es uno de los temas más neurálgicos que debe estar necesariamente en la agenda de cualquier gobierno, porque eso implica un paso importante en la búsqueda de la equidad que debe prevalecer en una sociedad.

Reducir y, en algún momento, eliminar la extrema pobreza significa que se ha logrado que mínimamente todos los bolivianos tengan aseguradas las tres comidas diarias, acceso a los servicios básicos, atención universal de salud, educación de calidad y, sobre todo, trabajo digno.

Estos objetivos no tienen color político, por lo que oficialistas y opositores deben empeñarse en conseguirlos lo más antes posible, porque para eso fueron elegidos en votación universal, es decir, para trabajar por el bienestar de la población, y no simplemente para medir fuerzas con sus oponentes políticos.

Lo que sucedió en octubre de 2019 es una lección que no se debe repetir. Bolivia necesita estabilidad.

Todas las autoridades electas cumplen una función pública, reciben un salario (privilegiado), por lo que es su obligación trabajar lo más eficientemente posible en la lucha contra la pobreza.

Y una vez que en el mediano plazo se pueda erradicar la extrema pobreza, se tendrá que trabajar en el fortalecimiento de la educación superior, la investigación científica, la industrialización de los recursos naturales, la formación de deportistas olímpicos e impulsar las artes visuales, culturales y todo lo que implica el quehacer de una sociedad.

Que este 6 de agosto no sea solo un día más de celebración opulenta, sino que sea el impulso que nos permita alcanzar todos los objetivos que el país se ha planteado desde su fundación, en 1825.