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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Delitos e impunidad en la Policía

Delitos e impunidad en la Policía

Dos oficiales de la Policía, con grado de capitán, fueron filmados, in fraganti, cometiendo el delito de robo agravado en la ciudad de Santa Cruz y, tras ser identificados, se verificó que uno de ellos tenía un amplio prontuario delictivo, desde narcotráfico, extorsión y robo de vehículos, entre otros.

Tras ser aprehendido y mostrado ante los medios de comunicación, el capitán Javier Alberti forcejeó con sus custodios, gritó que era inocente y que se había armado ese caso en su contra. Un juez determinó 100 días de detención preventiva en la cárcel de Palmasola de Santa Cruz.

Además de los varios delitos que se le atribuyen a este capitán de la Policía, lo que llama la atención es que, según antecedentes publicados en medios de comunicación, esta persona cometió fechorías desde hace varios años sin que los jefes policiales hayan asumido las acciones correspondientes para castigarlo.

Llama la atención porque policías que cometen delitos en forma recurrente siguen siendo parte de la institución del orden por recovecos burocráticos que no permiten darles de baja, pese a que tienen procesos penales avanzados, debido a que sus trámites administrativos no avanzan a la par que en la justicia ordinaria.

¿Hay protección de algunos sectores de la institución verde olivo hacia estos policías que cometen delitos?

Esa es una interrogante que deben esclarecer las instancias de la Policía que se encuentran encargadas de investigar y sancionar a los efectivos que incurren en la comisión de delitos.

Volteo de droga, venta de vehículos robados, robos agravados, extorsión y pedido de coimas, son algunos delitos en los que incurren malos policías, pero que quedan en la impunidad debido a que existe encubrimiento o negligencia en el momento de investigar las denuncias.

Algunos jefes policiales entrevistados por los medios de comunicación se amparan en la Ley (101) del Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana para justificar, por ejemplo, que un efectivo siga en ejercicio pese a que la justicia ordinaria lo ha condenado por sus delitos.

Si la Ley 101 se constituye en una traba, entonces, el Ministerio de Gobierno, junto con la Policía, tendrá que actualizar esta norma, de modo que no permita que policías que cometen delitos sigan impunemente en las filas de esta institución que debe contar con las personas más probas para combatir la delincuencia y tienen que ser un ejemplo para los demás.

Por eso será importante que se realice una profunda reestructuración de la Policía Boliviana, porque es una institución fundamental del país que debe constituirse en el baluarte de la sociedad.

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