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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Un (a) Defensor (a) idóneo (a), sin injerencia política

Un (a) Defensor (a) idóneo (a), sin injerencia política

La elección del Defensor o Defensora del Pueblo ingresa a su recta final, empero para la designación de la persona que estará a cargo de esta institución por los próximos seis años no existe un acuerdo entre el oficialismo y la oposición; al contrario, se han producido en las últimas horas roces y acusaciones entre estas dos instancias.

Contar con un Defensor o Defensora del Pueblo imparcial es crucial, porque la persona que sea designada debe velar por los derechos humanos de todos, y en su caso restituirlos cuando son vulnerados, sin tomar en cuenta si son de x o z tendencia política.

Sin embargo, en las últimas horas se han profundizado los desacuerdos entre asambleístas del oficialismo y de la oposición, quienes se han lanzado acusaciones mutuas de intentar favorecer a determinada persona, no por sus méritos personales y profesionales para ocupar el cargo, sino por su afinidad política hacia un partido político.

Para hoy se tiene prevista la elección y la oposición adelantó que no permitirá la designación de una autoridad afín al Movimiento Al Socialismo, porque eso implicaría tener una persona en ese cargo que sea funcional al partido de Gobierno y, en consecuencia, que solo defienda los derechos de las personas o grupos que comulguen con la ideología del oficialismo.

La tensión para elegir al Defensor o Defensora del Pueblo ha llegado a tal punto que la Misión en Bolivia de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha pedido a las bancadas que componen la Asamblea Legislativa Plurinacional cumplir con el acuerdo al que llegaron en marzo pasado y elegir a una persona “imparcial, independiente, con integridad y compromiso”.

Al margen de las diferencias que existen entre los oficialistas y opositores, lo que requieren las personas que sufren la vulneración de sus derechos humanos más fundamentales es contar con un Defensor o Defensora del Pueblo que no obedezca a ningún partido político o grupo particular, sino que defienda a todos sin excepción.

Para elegir a la nueva autoridad se requieren dos tercios de los votos, por lo que los asambleístas deben ponerse de acuerdo y designar a una persona idónea, dejando de lado las posturas radicales que le hacen mucho daño al país.

Hay siete postulantes que han llegado a esta recta final y se supone que todos ellos cumplen los requisitos exigidos para haber calificado a esta instancia decisiva, a no ser que haya ya primado la angurria política de alguna de las partes.

Hoy, si se elige finalmente a la nueva autoridad, el país podrá confirmar si los políticos de la oposición y del oficialismo tienen el compromiso de trabajar por la gente que los eligió.