Amparo Carvajal y Édgar Salazar son los dos activistas que se arrogan la representación de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), quienes, además, mantienen una cerrada pugna por hacerse de las oficinas que se encuentran en la ciudad de La Paz.

Pero, además del conflicto que surgió por la representatividad de esta institución que tiene como labor la defensa de los derechos humanos de todas las personas, ambos se acusan de servir a intereses políticos partidistas.

El 2 de junio pasado, según la denuncia de Carvajal, el grupo de Salazar habría tomado con violencia la sede de la APDHB, mientras que el aludido afirmó que, sin cometer agresiones, tomó posesión de esta institución porque le corresponde tras haber sido elegido como presidente en el congreso ordinario realizado a fines de marzo.

Y mientras estas dos personas se atribuyen la legitimidad de representar a esta institución, el descrédito hace mella en la APDHB por la controversia surgida en los últimos días.

La APDHB se gestó a finales de 1976 cuando la dictadura de Hugo Banzer Suárez operaba con total impunidad y un grupo de activistas, de forma desinteresada, alzó la voz por las personas que sufrían violencia, incluidas torturas.

¿Pero, cuáles son los motivos por los que estas dos personas se encuentran enfrascadas en una disputa por asumir la cabeza de esta institución? ¿Qué intereses guían su accionar? Por las declaraciones y acciones que asumieron en los últimos días, se puede inferir que les mueve intereses políticos y económicos. 

Carvajal acusa a Salazar de trabajar para favorecer al MAS, mientras que el señalado afirma que la primera utiliza las oficinas y el nombre de la APDHB con el fin de beneficiar a la oposición.

Para zanjar este altercado, una posible solución es recurrir a una instancia neutral que pueda mediar como árbitro.

En primer lugar, habrá que analizar qué dice el reglamento de esta organización no gubernamental en lo que se refiere a la designación de la nueva directiva, quiénes la conforman y quiénes tienen derecho al voto.

Y en base a un análisis exhaustivo, se podrá determinar cuál de las dos partes tiene argumentos sólidos para permanecer en este cargo o, posiblemente, los dos estén equivocados.

Según información no oficial, la APDHB, a diferencia de lo que ocurría en los primeros años de su fundación, recibe importantes aportes del exterior para su funcionamiento y, al parecer, ese es otro motivo por el que surge esta disputa por su Presidencia.

Quienes se encuentran enfrascados en esta pugna deben pensar en que su labor fundamental es la defensa de los derechos humanos de todas las personas, dejando de lado cualquier atisbo de interés partidista, como aparentemente ocurre hoy en día.