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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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COVID y el costo de la diversión

COVID y el costo de la diversión

En los últimos días, si bien no en forma exponencial, los casos nuevos de coronavirus se han incrementado y las autoridades de salud apuntan a que es una consecuencia de las aglomeraciones que se permitieron durante las fiestas de Carnaval.

El ministro de Salud, Jeyson Auza, informó que, tras siete semanas de desescalada, en los últimos días hubo un aumento de casos nuevos de COVID-19 en 6 de los 9 departamentos del país. Oruro es la ciudad que tuvo un mayor incremento con 132% y Cochabamba con 65%.

En los días de Carnaval se permitió la realización de eventos que convocaron a miles de personas, quienes, si bien al inicio de cada actividad mantenían las medidas de bioseguridad, al transcurrir la jornada se olvidaban casi por completo de las mismas.

Es evidente que actividades como la Entrada Folclórica de Oruro y el Corso de Corsos en Cochabamba permiten mover la economía de las regiones, pero es también cierto que, si no se cumplen con rigurosidad las medidas de bioseguridad, estos espacios se convierten en focos de transmisión de la pandemia del coronavirus.

Y las personas que se contagian con el virus, muchas veces sin saberlo, llevan la enfermedad a sus hogares, a sus fuentes de trabajo y a cualquier otro espacio.

Lo más probable es que, así como sucede en el mundo, en Bolivia se tenga que retomar las actividades de diferente índole, pero tratando de garantizar que el virus no se siga expandiendo entre la población. Para ello, habrá que insistir en las medidas de bioseguridad y que las personas acudan a los puntos de vacunación.

Otro consejo que se reitera todos los días es que las personas no acudan a espacios donde hay aglomeración, si no es estrictamente necesario. Y si alguien siente síntomas que podrían implicar que tiene coronavirus, o ha estado en contacto con una persona que ha dado positivo, es mejor que acuda a un centro de salud para la prueba de antígeno nasal, y en su caso aislarse para no contagiar a otros.

Los escolares, por ejemplo, han iniciado las clases presenciales, tras dos años de ausencia en las aulas, por lo que los directores y maestros de cada unidad educativa deben tomar recaudos para evitar contagios en esta población.

Entre las medidas están conservar el distanciamiento social en los cursos, tener los ambientes bien ventilados y contar con los insumos de bioseguridad como alcohol para desinfectar al ingreso de los colegios.

Los estudiantes o maestros que tengan síntomas deben dejar de asistir a clases hasta que se descarte la enfermedad, o si ha dado positivo, se sane.

Solo con esas medidas estrictas de bioseguridad se podrá ir venciendo a la pandemia y retomando la nueva normalidad.