Decenas de agrupaciones folclóricas y miles de personas se congregarán hoy en las calles céntricas de la ciudad para ser parte del Corso de Corsos, una de las actividades más importantes del Carnaval cochabambino, que se suspendió en las dos anteriores gestiones a causa de la pandemia del coronavirus.

Con algunas restricciones para los danzarines y el público, y haciendo énfasis en las medidas de bioseguridad, hoy se realiza el Corso de Corsos, que es una síntesis de las entradas carnavaleras del país y que cierra oficialmente las actividades centrales de esta fiesta.

La Alcaldía de Cochabamba anunció el pasado miércoles que desplegará un poco más de 2 mil agentes para el control y seguridad, es decir para verificar que tanto bailarines como espectadores cumplan las medidas de bioseguridad y no consuman bebidas alcohólicas durante el recorrido del Corso de Corsos.

Los danzarines que forman parte de las fraternidades deben, necesariamente, presentar su carnet de vacunación, llevar los implementos de bioseguridad (mascarilla facial o barbijo y alcohol para desinfectarse).

Para evitar que los fraternos infrinjan las medidas aprobadas por la Alcaldía, cada agrupación estará controlada por un funcionario del municipio, denominado “Jalador”, quien vigilará en forma rigurosa que todos los integrantes de la fraternidad mantengan a lo largo del recorrido las medidas de bioseguridad para evitar la propagación del coronavirus.

Empero, al margen de los controles que son necesarios, es aún más importante que cada persona que asista al Corso de Corsos (sea espectador o danzarín) cumpla por sí misma, al pie de la letra, las recomendaciones que emiten cada día las autoridades de salud. Solo así se podrá evitar que los casos de COVID-19 se incrementen en forma exponencial, como sucedió tras las celebraciones de las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Por eso es importante que cada participante sea consciente de mantener las medidas de bioseguridad, de no consumir bebidas alcohólicas, de mantener la distancia social con las otras personas y no acudir al Corso de Corso si tiene sospechas de portar el coronavirus o síntomas de la enfermedad.

Normalmente, las fiestas o entradas carnavaleras comienzan con orden, pero a medida que la fiesta se desarrolla, se desatan los excesos, el consumo de alcohol, como, por ejemplo, sucedió en la entrada folclórica en la ciudad de Oruro, la semana pasada.

La Alcaldía de Cochabamba aprobó sanciones económicas para los bailarines que incumplan las medidas de bioseguridad, con hasta 300 bolivianos, pero el peor saldo que puede dejar el incumplimiento de las medidas de bioseguridad es el incremento exponencial de casos de COVID-19.