El sorpresivo cierre parcial del hospital Viedma, a causa de un posible contagio masivo de COVID-19 entre médicos y enfermeras, ahonda la crisis sanitaria en Cochabamba.

El Viedma es el único hospital de tercer nivel que tiene el departamento, que lamentablemente no ha sido potenciado como debería habérselo hecho en los últimos años. Aunque las autoridades realizaron grandes actos para entregar equipos o nuevos ítems, estos nunca fueron suficientes para atender los problemas de fondo.

Es más, las autoridades de los tres niveles no solo debieron fortalecerlo, sino pensar en la construcción de un similar complejo, dado que su capacidad ya había sido rebasada por el crecimiento de la población y el aumento de la demanda de atenciones.

Ahora que el hospital ha suspendido parcialmente sus atenciones, sin dejar de lado el servicio de emergencia, la población se verá gravemente afectada, principalmente aquella de escasos recursos que acude en busca de ayuda.

En reiteradas oportunidades y antes de la pandemia, el hospital colapsó. Los medios de comunicación fuimos testigos de cómo la gente peregrinaba por atención médica, hasta incluso debía dormir varias noches en las puertas de la institución para acceder a una ficha de atención, o esperar que un enfermo sea dado de alta para que otro sea internado.

La gobernadora de Cochabamba, Esther Soria, cuestionó ayer la decisión que la dirección del Viedma adoptó tras un posible contagio masivo del personal y aseguró que transfirió 14 millones de bolivianos para atender la emergencia sanitaria.

Pero más allá de cuestionar, la primera autoridad del departamento debe encontrar soluciones para que el Viedma vuelva a prestar la totalidad de sus servicios, además, de que el personal cuente con todas las medidas de bioseguridad, dado el alto riesgo de contagio que existe.

Asimismo, es preciso que se cuide no solo al personal médico del Viedma, sino de todos los centros hospitalarios para que que la situación no se agrave más de la que  ya está. Las salud de los médicos es importante, así como el potenciamiento urgente de todos los hospitales para atender con prontitud a quienes se vean contagiados por el mortal virus. Si no hay respuestas urgentes, lo más probable es que más personas pierdan la vida.