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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Ciudades desordenadas

Ciudades desordenadas

El crecimiento urbano sin planificación, desordenado y hasta caótico, es uno de los males de las ciudades de Cochabamba y Bolivia, porque a medida que se expanden no toman la previsión de instalar servicios básicos adecuados y menos se piensa en áreas verdes.

Un sinfín de reportajes de este y otros medios (impresos, radiales y televisivos) muestran la “cruda” realidad de cientos de hogares que no cuentan con los servicios básicos fundamentales, porque las familias han construido en sectores donde no hay redes de agua potable, alcantarillado ni energía eléctrica. Estas personas no acceden con facilidad al transporte público, caminan por calles polvorientas y están lejos de los centros de salud, por lo que por una simple dolencia deben pasar un periplo, en busca de auxilio médico.

Abordamos este tema, importante por cierto, porque los días 25 y 26 de septiembre se realizó el Foro Urbano Nacional, con el objetivo de delinear políticas de desarrollo integral de las ciudades y que tengan un crecimiento sostenido, pero bien planificado.

Ocho mesas analizaron en profundidad el diagnóstico presentado en la primera versión 2018 del foro y debatieron aspectos como vivienda y urbanismo, acceso a servicios básicos y resiliencia ante el cambio climático.

El crecimiento urbano debe partir de una planificación bien estudiada. Lo adecuado será, primero, implementar los servicios básicos y después construir viviendas en las que las familias vivan con dignidad, accediendo a los derechos fundamentales como el agua, el alcantarillado, la energía eléctrica, salud y educación, además de áreas de esparcimiento.

Sin embargo, lo que sucede, normalmente, es al revés. Se construyen viviendas en sectores que no tienen las mínimas condiciones y después se empieza a proyectar los servicios básicos.

Producto de esta inadecuada planificación, tenemos barrios marginales en los que la pobreza se hace más patente.

Para evitar esta situación, las autoridades elegidas por la población, para las alcaldías principalmente, deberán rodearse de técnicos calificados (no políticos) que tengan experiencia en urbanismo, desarrollo integral de ciudades y, sobre todo, una visión a largo plazo, es decir que cualquier proyecto que encaren tenga una proyección de 20 o 30 años.

A raíz de esta improvisación en el crecimiento urbano, actualmente tenemos rotura de cañerías que llevan el agua potable, colapso del sistema de alcantarillado y contaminación que enferma a la población.

Para que no sucedan estos inconvenientes, se tendrá que prever servicios básicos, en el caso de Cochabamba, para los casi dos millones de habitantes que residen en el departamento, o los 700.000 que están afincados en el municipio de Cochabamba, en una extensión de apenas 391 kilómetros cuadrados.

Para revertir este crecimiento desordenado, las autoridades actuales y las que sean elegidas en los próximos años deberán asumir decisiones que permitan enmendar el caos actual, porque si no se lo hace ahora, la situación se complicará a tal extremo que después será una tarea titánica intentar resolver esta situación.

Los habitantes quieren vivir en ciudades ordenadas, limpias, con áreas verdes, sin contaminación ambiental y con seguridad, pero para eso se tiene que trabajar en proyectos serios y a largo plazo, sin desmayar y velando por el bien común de la mayoría.

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