Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Cayó como un Castillo de naipes

Cayó como un Castillo de naipes

El profesor rural Pedro Castillo, de 53 años, en el que casi nueve millones de peruanos depositaron su voto en junio de 2021, apostó por cortar de raíz la arremetida en su contra y disolvió este miércoles el Congreso de su país, pero esta acción se volvió en su contra y fue destituido de su cargo, detenido y trasladado al penal de Barbadillo donde se encuentra el también expresidente Alberto Fujimori.

Para neutralizar definitivamente los intentos de destitución en su contra por “permanente incapacidad moral”, el ahora expresidente de Perú Pedro Castillo quiso tomar al toro por las astas y cerró el Congreso de Perú, como lo había hecho Fujimori hace 30 años, además de declarar toque de queda y anunciar que gobernaría por decretos ley.

Sin embargo, Castillo no anticipó, como un buen estratega, la reacción inmediata que tendría el Congreso, instancia que, pese a la disolución firmada por el mandatario, se reunió y aprobó la vacancia (destitución) del profesor rural que asumió la Presidencia el 28 de julio de 2021.

"Este gobierno ha llegado para gobernar con el pueblo y para construir desde abajo. Es la primera vez que nuestro país será gobernado por un campesino. Yo también soy hijo de este país fundado sobre el sudor de mis antepasados", había proclamado Castillo el día de su posesión.

Y así como tomó las riendas de su país, con ímpetu, los problemas en su contra empezaron muy pronto en su gestión, con ataques desde el Congreso que impulsaba su destitución por denuncias de corrupción, lo que provocó que cambiara su gabinete en al menos cinco oportunidades.

En los últimos 22 años, siete mandatarios peruanos renunciaron o fueron destituidos acusados por haber cometido actos de corrupción, lo que confirma una profunda crisis institucional en ese país.

Castillo es acusado de haber perpetrado actos de corrupción (ahora se suma rebelión) en los que estarían involucradas personas de su círculo de confianza y su entorno familiar, situación que él negó y atribuyó los ataques de la élite por su condición de campesino.

Tras asumir el cargo vacante la segunda vicepresidenta Dina Boluarte, se espera que la situación en Perú se “normalice” y que no se desaten conflictos entre los que apoyan al mandatario destituido y quienes exigían su renuncia.

Para Bolivia es importante que la situación en Perú se mantenga estable y deje atrás la crisis política que vive el país incaico desde hace un poco más de dos décadas, debido a que ambas naciones mantienen estrechas relaciones comerciales y de cooperación bilateral.

Además, cualquier interrupción del orden legalmente constituido en un país tiende a desestabilizar a toda la región, por la dependencia que hay en diferentes campos, desde el económico, educativo y lucha contra los delitos comunes que se cometen en las fronteras.