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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Agua de Misicuni sin redes para distribuir

Agua de Misicuni sin redes para distribuir

El Gobierno entregó, oficialmente, las aducciones que llevarán agua de Misicuni desde la planta de tratamiento de Jove Rancho hasta diferentes municipios del eje metropolitano, incluyendo la zona sur de Cercado. Sin embargo, por el momento el líquido elemento no llegará a los hogares de las familias que han estado esperando este servicio básico desde hace una, dos o más décadas.

Es inaudito que tras décadas de espera para que se concluya el Proyecto Múltiple Misicuni, y cuando finalmente se ha logrado construir la planta de tratamiento de Jove Rancho y las aducciones para llevar el agua tratada a los tanques de almacenamiento de los municipios que lo requieren, se tropiece con un obstáculo, la falta de redes internas para distribuir este líquido esencial a las familias.

Este medio de comunicación, así como otros de la región, cuestionaron en más de una oportunidad que los alcaldes de algunos municipios como Colcapirhua y Tiquipaya no se ocupaban de construir las redes internas de distribución. La respuesta y el compromiso de estas autoridades era que se pondrían inmediatamente manos a la obra y que este proyecto se haría realidad, pensando en las familias que atravesaban penurias por falta de este servicio vital.

Sin embargo, después de haber asumido varias veces este compromiso, la construcción de las redes internas avanzó muy poco, por lo que las familias tendrán que esperar meses, cuando no años, para tener agua potable y con precios accesibles en sus hogares.

El agua potable es un servicio básico, fundamental para todas las familias, por lo que debería ser una prioridad dotar con el mismo a todos los habitantes de Cochabamba. Pero, aparentemente, las autoridades no piensan de esa forma y ni con las continuas advertencias de que el agua de Misicuni estaba a punto de llegar se movilizaron para que las redes internas se materialicen.

A las familias que no tienen aún acceso al agua de Misicuni les queda dos opciones, o consumir agua a precios elevados o abastecerse de este líquido elemento de pozos precarios, con alto contenido de metales pesados, perniciosos para la salud de las personas.

Por eso es condenable que los alcaldes, que debían haber construido las redes internas para distribuir el agua potable, hayan avanzado muy poco y deberían dar una explicación coherente a la población o, en todo caso, ser procesados por no haber cumplido con el trabajo para el que fueron elegidos por la población.

No hay excusa valedera. La información de que el agua de Misicuni estaba a punto de ser una realidad era bastante conocida, por lo que debió tomarse los recaudos necesarios, pero no se lo hizo así, y eso merece una sanción.