Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 11:10

Su carnet

¡Su carnet! Dice mientras extiende la mano.  Es el policía que cuida el ingreso a un Ministerio. Oficial eso no corresponde, si le dejó mi cédula de identidad incumplo con la norma que establece que mi circulación por espacios públicos debe ser con identificación, le respondo. Y encima, probablemente me olvido mi carnet y el único perjudicado seré yo. Me responde: “No deja el carnet, no ingresa”. 

Que me registren en un libro, como medida de seguridad, lo entiendo. Pero que secuestren mi documento de identidad, es un abuso.

Pero no voy a describir el estado del Estado; es decir, referirme a si es fallido, inconcluso, débil o con huecos. Voy solo a referirme a un elemento que lo caracteriza y a hablar del Estado que desconfía. Que te pidan el carnet o la hoja en original con los mil sellos refleja eso.

El Estado boliviano y la gestión pública tienen como principio la desconfianza. La premisa es, todos los ciudadanos somos potencialmente estafadores, delincuentes y corruptos.  Como estos males son contagiosos se trasladan a clínicas, edificios y oficinas privadas.

La desconfianza está basada en la sospecha y en el miedo, refleja incertidumbre e inseguridad. Es un comportamiento que surge del temor de que algo pueda suceder. Se considera una respuesta intuitiva para protegerse. 

Por tanto, si vamos a participar en una licitación pública con el Estado debemos presentar toda la documentación de respaldo impresa. Es decir, centenares de páginas fotocopiadas.

Pero no acaba ahí, para la firma del contrato, te exigen la presentación de todos los documentos en originales. Entonces previo a la firma debes conseguirte a un “guaruru” que te proteja ante un eventual robo o asalto de tus “quepis” llenos de títulos en originales y tu colección de certificados. Claro, incluyendo hasta tu liberta en servicio militar, si la consignaste en tu formulario A5.  No importa que sean irrelevantes como el de un curso de cata de vinos. Si lo presentaste para el contrato requieres presentarlo en original.

Corolario. Salgo del Ministerio, el policía me devuelve el carnet. No me fijo, solo lo guardo en la billetera y corro al aeropuerto, pues sino pierdo el vuelo de retorno a casa. Estoy en pre embarque y para subir al avión me piden identificación. La presentó y me dicen: Sr. este carnet no es suyo. Lo veo y evidentemente, el oficial  me ha entregado un documento de identidad de otro ciudadano.