Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 22:07

Querido Niño Jesús

Querido Niño Jesús

Escribo mi carta al Niño Jesús para pedir mis regalos de fin de año. Creo que nos hemos portado muy bien. Pudimos expulsar al tirano. El que nos había condenado al miedo, al silencio, a la política del avestruz. No teníamos más opción que meter la cabeza bajo tierra, porque si asomaba te la cortaban. 

En mi caso, un ciudadano de a pie, que circunstancialmente le tocó defender la institucionalidad del asociativismo municipal, fui castigado con el inicio de tres procesos judiciales con acusaciones lo más variopintas e infundadas; por ello, a pesar del control de la justicia, afortunadamente no avanzaron. El responsable de la persecución fue el impresentable guitarrero de las farras del innombrable, el “Cholango”.

Nos merecemos nuestros regalitos, pues evitamos una guerra civil. Guerra que el matemático había planeado minuciosamente, con el apoyo de sus aliados del narco y algunos 

terroristas.

Querido Niño Jesús si no alcanzas con nuestros regalitos hasta Noche Buena no importa, esperamos hasta Reyes. Sabemos que fue casi un mes de movilización, primero de resistencia pacífica y después del termidor de la contraofensiva jacobina. Volver a la marcha del país cuesta, lo sabemos.

Nuestra movilización fue con pititas, protegiendo y defendiendo nuestros vecindarios. Lo hicimos cantando y enarbolando la bandera, la tricolor; con nuestros esfuerzos y desvelos. 

No asaltamos los recursos del tesoro para distribuirlos en movilizaciones pagadas. Jamás convertimos a movimientos sociales en mercenarios, ni los lumpenizamos.

Cuando llegó la calma, luego de la tempestad. Creímos que quienes entraban eran la salvación, eran la revolución moral, eran el cambio. Tal vez no lo son; en muchas cosas, probablemente son parecidos a los anteriores, pero no importa. Son transitorios y la diferencia con lo anterior vivido, aunque sean granitos de arena, es abismal.

Por las excesivas susceptibilidades de algunos, que terminan haciéndole el juego al innombrable, aclaro que me declaro laico y no pertenezco a ninguna religión o iglesia, pero no niego que la mayoría de la población boliviana profesa una religión.

Por eso, al niñito Jesús le pido paz en este 2020, elecciones limpias, que se respete mi voto. 

Que quien resulte electo gobierne alejado de su ego, de los “amarra-huatos”, de los olañetas que nunca dejan de aparecer y enseñorearse.