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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Los absurdos del COVID-19

Los absurdos del COVID-19

El COVID en sí mismo es absurdo. Bueno, ciertamente “absurdo”  es una palabra que queda corta para  describirlo.  Es cruel, es letal, caprichoso, una maldición, muchas muertes y muchos daños colaterales. No niego que es más que eso y aún cosas peores. Pero los que lean, son sobrevivientes de la pandemia, por ahora.

Iba a escribir que no he sufrido directamente el virus y me di cuenta de lo equivocada que era la afirmación. Tías, primos, amigos y amigas han muerto, así como muchos conocidos; contemporáneos algunos, otros mucho más jóvenes. Pero, también conozco a muchos que han logrado sobrevivir; gente muy cercana e íntima que todavía hoy se esfuerzan por recuperar los sabores y se alegran de sentir el aroma del café. O de los que paso a paso -literal como dicen los jovencitos, pero en este caso usando cabalmente la expresión- han vuelto a caminar, primero con  fisioterapeutas en dos turnos y hoy corriendo.

Es tan absurdo el COVID que la semana que termina se lleva a un amigo que militaba entre los “antivacunas”. Algunos pensarán se lo merecía, yo tengo mis dudas. ¿Acaso hay alguien que se “merezca” la muerte? No sé realmente si el bebé que se contagió de su madre al nacer y que murió después se lo merecía. O aquel que preocupado fue a vacunarse, se contagió allí mismo y murió.

Fin de año es sinónimo de numerosos acontecimientos tales como viajes de promoción, reuniones de exalumnos, de colegas, de amigos y de un largo etcétera, mediadas en todos los casos por muchas bebidas alcohólicas. Me comentaban que en cada uno de estos eventos en este año se han producido entre 5 y 6 contagios identificados. Exponerte a esta situación de riego no parece razonable, pero lo hacemos.

Parece que las fiestas de fin de año y del Carnaval no se detienen. Tal vez debiéramos rezar para que si alguien se siente mal o ha estado muy cercano a alguien que dio positivo no vaya.  O apelar a la razón para que los no vacunados no falsifiquen el certificado de vacuna o la prueba PCR. Esto, además de delincuencial, puede resultar letal.

Si usted no cree en las vacunas está en su derecho, no se vacune, lo respeto por eso.  Pero siento que es irresponsable arriesgar la vida de los otros. Al final de esta guerra -cuando contemos los muertos- veremos quién absurdamente se equivocó.

SERENDIPIA

DINO PALACIOS

Ciudadano

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