Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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No estoy en la primera fila

No estoy en la primera fila
Soy de esos que tiene que salir a trabajar cada día y a cualquier hora, como los médicos y los militares, he visto calles desiertas, tan desiertas que conmueven.  He llegado a hospitales, donde el temor nuestro y el de ellos pone la distancia sin que nadie diga nada; he sentido a mis queridos adultos mayores caer en la depresión más profunda mientras se miran e intentan imaginar el futuro.
La esperanza es una amiga que me habla a veces, sobre todo son otros los que me hablan de ella, me recuerdan que existe, que está, que no la puedo dejar ir, yo sin duda y racionalmente sé que ahí está, pero no voy a mentir diciendo que es la que me mantiene de pie.
La cuarentena, tan presente en la vida de unos y tan ausente en la de otros, los “vivos” que siempre encuentran el modo de ganar en la crisis.  He visto un señor, si merece llamarse así, que rompiendo todas las normas y riéndose de las amenazas y advertencias de los organizados vecinos, ha abierto su ferretería cada día, burla los controles como pasajero en una camioneta que reparte frutas, lo dejan y lo recogen cada día.  Ninguna autoridad reacciona.  ¿Está en el horario permitido no?  Preguntan los uniformados.
Y ahí están los que sacaron droga en un camión de frutas, los que falsificaron permisos de circulación, los que estafaron a los vecinos ofreciendo canastas alimenticias que nunca llegaron, los que organizaron negocios rápidamente lucrando con barbijos y alcohol.  Están entre nosotros, los vivos, “ya se encargará la vida”, me dicen.
Y están los infaltables solidarios, los que no dejan de intentar ayudar a los que tienen menos, reparten comida, buscan dinero, nos hacen mirar hacia los más vulnerables.  Ellos están siempre pidiendo a gritos ayuda para otros.
Un mes de cuarentena. Apenas ya recuerdo las caras de mi familia cuando la Presidenta anunció lo que venía, alguien dijo voy a enloquecer, no lo voy a soportar.  Lo soportó. Como todos tendrá muchas historias que contar, seguro seguirá protestando contra los conductores de televisión que, según ella, anuncian nuevos casos exactamente en el mismo tono que cuentan los goles de un partido de fútbol o los resultados en una elección.
No soy de la primera fila, no soy de los héroes, solo soy de los afortunados que tiene un espacio para escribir.