Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 09:52

Investigación: Fondo vacío de Adecine

Investigación: Fondo vacío de Adecine

Tras la aprobación de la nueva ley del cine, Adecine informó que 366 proyectos se postularon a su Fondo de Fomento. La ocasión me brinda algunas inquietudes. Por ello me concentraré en algunas muy concretas.

Hasta la fecha, Adecine no muestra señales serias respecto de la creación de un centro de investigación del cine boliviano. Bueno, no debiera de sorprendernos si apenas se le brinda importancia al término “investigación" en la Ley N° 1134, la nueva del cine y arte audiovisual bolivianos.

Es inminente advertir que sin información y datos sobre la realidad de esta inexistente industria en Bolivia, no podemos diseñar mecanismos y herramientas para evaluar, corregir deficiencias de los futuros procesos, prever amortizaciones, contar con indicadores para mejorar la gestión y el control en el desarrollo de programas o proyectos. Sin mencionar que no contaríamos con elementos empíricos y científicos para la creación de políticas de comunicación y cultura que favorezcan a este sector y a la sociedad, o para resolver cuestiones legales.

No obstante, la inexistencia de contrapartes económicas, propias o de terceros, por parte de los proyectos a presentarse, significan una demostración de la lógica condicionante del Estado, que no beneficiará a los guionistas, productores o realizadores, más allá de una experiencia fugaz en la cartelera de los cines comerciales, sin que aquello implique su consumo.

Sería más interesante que Adecine proyectara dos instancias de fomento diferenciados, como lo hicieron otrora las tres únicas (consideradas) industrias del cine latinoamericano. Argentina, Brasil y México, con sus particularidades, generaron un fondo de fomento a la creación y, otro, que apunta el incentivo hacia el mercado interno e internacional.

Pero la concreción de estas instancias ha sido fruto de la experiencia histórica. Con aciertos y desaciertos, los fondos han sufrido reiteradas modificaciones por factores políticos del poder de turno, pero ha sido su institucionalización la que ha permitido su continuidad y relativa estabilidad. Los centros de investigación cultural son importantes en este sentido, pues respaldan sus exigencias financieras y organizativas frente al Estado, así como la materialización de regulaciones hacia los partícipes en su cadena de valor.

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