Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Tragedia y comedia

Tragedia y comedia

En el presente, las desdichas nacionales son enormes y manifiestas, seguirán siéndolas si acaso no prima la cordura y la sensatez dejando de lado el odio y la falsedad.

Se habla de un proceso de revolución democrática y cultural, la realidad muestra que se trata de una involución hacia aquellos periodos colonialistas y racistas, cuando los amos de entonces maquinaban ajusticiamientos para sus más aviesos intereses; Atahualpa, Moctezuma, los Qatarí son símbolos de entonces, como ahora lo son los perseguidos del régimen imperante.

El calvario que enfrenta la doctora Jeanine Áñez es el ejemplo de la saña y la injusticia, por el único delito de asumir con coraje la conducción del país, en circunstancias en las que el régimen huía, convocaba a dejar en cenizas las ciudades. Este es solo un ejemplo de la tragedia en que vivimos en todos los órdenes, incluyendo el descrédito internacional que día que pasa es mayor.

En la aventura en que se encuentra el régimen, no está ausente la comedia y el sainete; hechos ridículos que en los 14 años de gobierno revolucionario fueron reiterados y manifiestos y que lamentablemente se reiteran grotescamente en el presente inmediato. Tal es el caso de la denuncia que hace la bancada oficialista contra seis diputados de la oposición por haber cometido actos “indecorosos”, al mostrar la espalda al Presidente de la República, en la sesión de honor el día de la patria, por tal hecho, más aun solicitan se les imponga la pena de 12 meses de suspensión sin derecho a sueldo.

Por lo que se sabe, el decoro no es otra cosa que la apariencia, circunspección y/o reverencia que se debe asumir en ciertas ocasiones y ante señaladas personas que así se lo merecen, por tanto, es una exigencia fundamentalmente social, no es ética ni moral, menos aún delictiva y, por tanto,  no es punible, cuando más censurable. La palabra decoro permite derivados muy a tono con su significado como: decoración, que no es otra cosa que maquillaje o embellecimiento postizo de algo. Condecoración  también tiene la misma raíz y que, como todos saben, significa prender una medalla en el pecho, aunque no merezca ni recibirla y menos ostentarla.

TEXTUAL

"CUCHO" JORDÁN Q.

Abogado, docente e  historiador del Derecho

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