Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Predicción

D`Artagnan y sus tres  mosqueteros, en las primeras décadas de 1600, se trenzaban en múltiples desfasamientos de entuertos organizados  mefistofélicamente por Richelieu,  cardenal, que a su vez de disociar, también instauró una academia  que cobije la flor y nata de la inteligencia francesa, sus miembros serian conocidos como los Inmortales y su función primordial: guardar la pureza de su idioma materno.

Desde aquellas épocas, a la Academia se accede luego de una minuciosa selección y sus miembros no pueden ser más de cuarenta. Es así que únicamente a la muerte de uno de ellos, existe la posibilidad de la incorporación de otro, cuya obra se halle escrita en idioma francés, lengua de 300 millones de personas en el orbe y que los académicos juran defender su pureza, enriquecerla y preservarla  por los siglos de los siglos. La ceremonia de ingreso guarda un ritual heredado del siglo XVII, lo que incluye vestimenta de espadines y calzas, excepción hecha a ciertas ilustres damas, entre ellas  Margarita Yourcenar.

Habiendo fallecido hace ya algunos años el filósofo y humanista Michel Serres  y con la venia de Emmanuel Macron, ocupará su sitio el escritor más grande del mundo actual, quien rompe todas las reglas, pues es latinoamericano, tiene ocho años más de lo permitido, no escribió ninguna de sus obras en francés. Empero, su producción abarca desde el cuento y la novela; el ensayo y el teatro; columnas de opinión y el magisterio de más alto nivel, en el que destaca su impronta humanista, la defensa de la libertad y la democracia.

Mario Vargas Llosa, un peruano de nacimiento, tuvo el privilegio, según lo expresa y lo reitera con insistencia en muchas de sus obras, de vivir una infancia feliz y despreocupada en Cochabamba; estudió  en el colegio La Salle, allí aprendió sus primeras letras y contrajo una terrible enfermedad: el placer de leer y escribir, mal  sin cura posible.

Los últimos años de la década de los ochenta, maravillado y nostálgico, retornó de visita a estas tierras, reencontrándose con el calor de antaño. En el almuerzo en su homenaje, en las instalaciones Patiño, el venerable anciano Augusto Guzmán, espontáneamente  levantó su copa y brindó por el futuro Premio Nobel. El año 2010, se cumpliría tal vaticinio.

TEXTUAL

"CUCHO" JORDÁN Q.

Abogado, docente e  historiador del Derecho

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