Desmemoriados
Quienes han sufrido violencia política, persecución, destierro e injusticia de los no pocos, más bien reiterados, regímenes dictatoriales, saben y les consta que la Iglesia católica boliviana, en su misión de amparo y protección a la vida y la dignidad humana, ha sido salvaguarda de las víctimas. Asimismo, se constituyó en la voz de los sin voz y no calló ante las injusticias y contra el furor de los victimarios. Esta institución, particularmente patrocinadora del diálogo y la concordia, hasta el presente, no ha cesado su intervención y mediación cuando las circunstancias así lo ameriten.
Esa labor, le cupo realizar en los álgidos días transcurridos en noviembre de 2019 y enero del 2020, en forma conjunta con importantes organismos como la Comunidad Europea, ONU, embajada de la República del Brasil, en circunstancias tales en que hordas enajenadas por el odio sectario y ante la huida de sus líderes proclamaban: “ahora sí, guerra civil”, sembraban el terror a su paso.
La participación de la Iglesia y los otros integrantes de esa comisión de buena voluntad consta en el informe-memoria elevado al Vaticano y al Ministerio Público, en cuya parte substancial establece que en dicho periodo de tiempo, no se produjo un golpe de Estado en Bolivia, sino, sucesión constitucional legitima. La naturaleza pública del documento permite que todos los sectores interesados puedan hacer un análisis y comprobación de los hechos y las circunstancias que se detallan puntualmente.
Lamentablemente, lejos de reconocer los hechos y asumir las consecuencias, el gobierno actual, cual marioneta dependiente de actores, que otrora propiciaron la confrontación, continúan con una acción de suma injusticia y de persecución sañuda contra quienes tuvieron el valor civil de asumir el peso de las circunstancias y coadyuvar con la concordia y la paz social. Intereses mezquinos y de poder, lejos de reconocer los esfuerzos para lograr la pacificación nacional, se aprestan a incendiar nuevamente el país, pretendiendo volver a un pasado de impunidad absoluta.
TEXTUAL
"CUCHO" JORDÁN Q.
Abogado, docente e historiador del Derecho