Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

Del dicho al hecho

Del dicho al hecho

En la toma de posesión del cargo de vicepresidente de la República, David Choquehuanca, asegurando seguir el texto inserto en las arrugas de sus antepasados, afirmó que iniciaba un gobierno de unidad en el que todos los bolivianos se mirarían entre sí como iguales. Aseveró el advenimiento de una nueva era de promoción de ideas entre la derecha y la izquierda, entre la rebeldía de los jóvenes y la sabiduría de los abuelos, entre los límites de la ciencia y la naturaleza inquebrantable.

Manifestó que incentivaría los ideales de las minorías creativas y las mayorías tradicionales, entre los enfermos y los sanos, entre los gobernantes y los gobernados;  un gobierno al servicio del bien común, reiteró.

El discurso del que fuera canciller de Evo Morales  parecía una superación del enfrentamiento y del absurdo de los relojes en reversa o del sexo de las piedras; se mostraba prometedor, conciliador y promisorio.

Después de 90 días del tal mensaje, bajada la bandera para las elecciones subnacionales, toda la tramoya verbal  ensayada y amplificada por los medios que controla el gobierno, se esfuman ante los hechos y expresiones, tanto del vice como del primer mandatario, quienes asumiendo el papel de jefes de campaña de los candidatos impuestos por el MAS, para gobernadores, alcaldes o concejales.

Valiéndose de todos los instrumentos que el abuso del poder les permiten: prebendas, uso indebido de bienes del Estado, lanzan sin reparos mensajes directos de odios y resentimiento, retornando de esa manera a un pasado inmediato en la que la grosería, manifestada en todas sus formas, era el común denominador. Una rápida revisión a las encuestas hace ver que ya no existen oídos receptores de los mensajes diseminados por estos líderes.

Las autoridades están en la obligación de mostrar mesura, tanto en los hechos como en las palabras, mal se puede pedir manejo honrado y gestión límpida a los candidatos, si quienes los designan y  patrocinan como tales no están dispuestos a someterse a las reglas de juego límpidas, a no sembrar vientos de discordia y no promover enfrentamientos entre bolivianos.

 TEXTUAL

"CUCHO" JORDÁN Q.

Abogado, docente e  historiador del Derecho

[email protected]